El Linares es un equipo competitivo. Lo ha demostrado en las dos primeras jornadas de Liga en el Grupo I de Primera Federación ante rivales, en principio, con el mismo objetivo: la permanencia. De momento, su estreno en el nuevo curso se ha saldado con cuatro puntos y una cómoda cuarta posición.
Pero más allá de las estadísticas, el inicio del nuevo curso nos deja la aparición a escena del joven Fermín López, quien llegó este verano en calidad de cedido del FC Barcelona, después de deslumbrar en su etapa como juvenil y renovar con La Masía.
Sus dos primeros partidos con la elástica azulilla han servido para ver su desparpajo y calidad desde la mediapunta. El domingo, ante Unionistas, un pase entrelíneas permitió a Samu Corral asistir libre de marca a Álex Sancris en el cero a uno. Fue una gota de la inmensa clase que tiene.
No algo casual o esporádico, sino aprendido en una de las canteras que mejor trabaja ese tipo de juego polivalente. A pesar de su juventud, 19 años, tiene una mentalidad preparada para competir al más alto nivel en una categoría tan duda como la Primera Federación.
Asumió con total naturalidad su papel de titular cuando el técnico le comunicó la noticia en la previa del partido frente al Mérida. En el campo, la cabeza no le traicionó. Jugó tranquilo para explotar su rendimiento. Fue valiente para pedir el balón y lanzar los ataques del equipo.
Alberto González reconoce que estamos ante un futbolista con «muchísimo talento», pero también advierte de que aún es pronto para sacar conclusiones sobre su potencial. En este sentido, dice: «Nos aporta calidad arriba, cambio de ritmo con balón, tiro con ambas piernas. Además, es un jugador muy competitivo, que sabe estar y que tiene ambición por mejorar y por crecer como futbolista», destaca el preparador azulillo.
