La línea que separa desencanto y melancolía de la frustración es siempre fina y difusa. Linares lleva más de una década instalada en la depresión. En concreto, 12 años, desde que en febrero de 2011 su motor económico dejó de funcionar. La ciudad no ha levantado cabeza en todo este tiempo.
Con la salida del último Iveco de la cadena de montaje de Santana Motor, comenzó el declive de una localidad que no ha conseguido reponerse al mayor varapalo de su historia reciente. La única industria automovilística de Andalucía, arrastraba diferentes crisis y llevaba sostenida por dinero público desde 1994, pero fue hace 12 años cuando recibió la puntilla definitiva.
El 16 de febrero de 2011 el 82,96 por ciento de los trabajadores votaron a favor del plan pactado entre la Junta y los sindicatos que pasaba por la prejubilación de unos 800 trabajadores mayores de 50 años y la recolocación de unos 200 en otras empresas creadas al amparo de este acuerdo.
Sin embargo, nada salió según lo previsto por el Gobierno autonómico, ni el denominado Linares Futuro, ni la ITI (Inversión Territorial Integrada), ni las manifestaciones multitudinarias…
Para colmo, hace dos años el corazón comercial de la ciudad se paró con la marcha de El Corte Inglés, Zara, Springfield y el resto de franquicias que llegaron al calor de una tímida recuperación económica basada en el boom del ladrillo, que fue, como se demostró posteriormente, una auténtica burbuja ficticia.
Linares, que ha perdido más de 5.000 habitantes en los dos últimos lustros, es hoy el municipio de más de 20.000 habitantes con mayor tasa de paro de España, por encima del 30%, según los datos de la estadística ‘Indicadores Urbanos 2022’.
Reactivar Santana
Los monumentales terrenos de Santana –de donde en los buenos tiempos salían a diario decenas de coches como los míticos Land Rover y los Suzuki– se han intentado reciclar en un parque empresarial en el que anidan 15 compañías.
Algunas son fuertes, otras más modestas, pero trabajan entre un amasijo de herrumbre y naves blanquicelestes desconchadas que nadie ha vuelto a llenar de ruido, de cadenas de montaje, de empleo para los jóvenes, que son los que más sufren el desempleo y la desesperanza.
Doce años después, existe un hilo de esperanza para que ese enclave industrial recupere brillo. La Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), integrada en Trade, autorizó este viernes la «primera gran obra para reactivar» el Parque Empresarial Santana de Linares; en concreto, la demolición de la nave C que correspondía a la extinta Fasur.
Se trata de un proyecto presentado por el Ayuntamiento de Linares en el marco de la Propuesta de Intervención en el Parque Empresarial Santana, y en el que la Junta invertirá 6,3 millones de euros, según ha detallado este viernes la Consejería de Economía en una nota.
Esta iniciativa actúa sobre 31.982 metros cuadrados y se va a ejecutar en dos fases. En una primera se llevarán a cabo, además de la demolición de la nave C, la demolición de los anexos en desuso de las naves E y F, así como la adecuación y mejora de los edificios AC y W, entre otras actuaciones. Esta fase requiere de una inversión de 1,36 millón de euros.
Se supone que esta intervención autonómica y municipal hará de Santana un lugar atractivo para invertir. Algo que, por otro lado, no pasa de ser una mera previsión.