Quizá no deslumbre ni impresione como una catedral, pero es imposible sustraerse al potente impacto visual que causa la pequeña capilla del cementerio municipal de San José, una vez concluida la primera fase de la rehabilitación del templo. Ha recuperado el brillo perdido por las humedades y el paso del tiempo. El resultado de la restauración salta a la vista.
Las labores de restauración han frenado el deterioro de la capilla, tanto en el exterior como en el interior, donde se ha atacado de manera directa a la subida del agua capilar por los muros con técnicas avanzadas para formar una barrera que limite las filtraciones. De forma paralela, se ha utilizado un tratamiento especial para la limpieza de la fachada que luce completamente renovada.
También se ha intervenido en la cubierta a través de la sustitución de la estructura de madera, con la colocación de un nuevo tablero aislante y tejas adheridas con espuma de poliuretano para evitar su posterior movimiento. Todo ello bajo la supervisión del arquitecto conservador del histórico camposanto, Miguel Ángel Díaz Lorite, del gerente de la empresa Cementerio Parque, José Manuel Rodríguez, y, por supuesto, del concejal de Salud y Consumo, Antonio Luis Hervás, quien se marcó como reto no solo la restauración de esta capilla, sino del conjunto del recinto que forma parte del patrimonio de Linares y refleja la evolución de la ciudad a lo largo de los dos últimos siglos.


A falta de siguientes fases, lo cierto es que el templo han renacido para el culto a pocos días de que se celebre la Festividad de Todos los Santos. «Es un compromiso de este equipo de Gobierno con la dignificación, conservación y puesta en valor de un espacio tan sensible y simbólico para los ciudadanos», destacó el edil en la presentación del proyecto, en el que se han invertido por el momento 150.000 euros.
Pero no solo se ha intervenido en el oratorio. Con anterioridad, se procedió al arreglo del muro y la restauración del monumento del patio de San Diego, la reparación de la solería del patio de Linarejos o la rehabilitación de los tejados de las nicheras del otro cementerio, el de de San Sebastián.
«Todas estas actuaciones responden a una visión integral de cuidado del patrimonio, respeto por la memoria y mejora del entorno para quienes visitan y honran a sus seres queridos», apunta Antonio Luis Hervás.