El municipio conmemora en 2025 el 150 aniversario de la concesión del título de Ciudad por parte del rey Alfonso XII, un hecho que marcó un cambio profundo en la historia del municipio. Con motivo de este hito, el Ayuntamiento ha organizado un programa de actividades que busca resaltar la historia de Linares y su vínculo con su pasado minero. Entre las iniciativas resalta la creación de un logotipo conmemorativo que incluye la cifra ‘150’, una bandera linarense ondeante y una cabria, símbolo del papel central de la minería en la transformación del municipio.
«Para nosotros es una satisfacción poder conmemorar una fecha tan importante como los 150 años desde que Linares es ciudad, ya que supuso un hito crucial en nuestra historia y marcó un antes y un después para nuestro territorio en cuanto a su desarrollo a nivel social, político, económico, industrial o cultural. Este año va a ser muy especial, y a buen seguro los linarenses vamos a celebrar nuestro sentimiento de ciudad como se merece», señaló la alcaldesa, Auxi del Olmo, durante la presentación del logotipo.
Este reconocimiento, otorgado en 1875, reflejaba el impacto del auge económico e industrial que experimentó Linares en la segunda mitad del siglo XIX. Tal y como relata el estudio La ciudad de Linares como enclave cultural europeo desde 1875 a 1935, de Ana María Díaz Olaya, este crecimiento posicionó a Linares como un referente de desarrollo y cambio social.
Motor de transformación
La minería, en especial la extracción de plomo, fue el principal motor de esta transformación. Linares evolucionó de ser una villa agrícola a convertirse en un núcleo industrial que atrajo a miles de trabajadores tanto de España como del extranjero. Entre 1850 y 1877, la población pasó de 7.000 habitantes a más de 31.000, según Díaz Olaya. Este rápido crecimiento también generó importantes retos, como la necesidad de construir nuevos barrios, el hacinamiento en viviendas existentes y las tensiones sociales propias de una ciudad en plena transformación.
Del mismo modo, Linares se convirtió en un punto de encuentro multicultural, atrayendo a artistas, músicos y otros profesionales que encontraron en la ciudad un espacio para desarrollar su talento. Este dinamismo cultural era particularmente relevante en un contexto nacional predominantemente agrícola y tradicional.
Los linarenses tienen la oportunidad de rememorar este momento histórico al contemplar la placa de bronce que se encuentra instalada en la fachada del Palacio Consistorial. Este elemento conmemorativo recoge el bando oficial emitido en 1875 por el alcalde de la época, Francisco Gómez del Castillo, en el que se anunciaba públicamente la concesión del título de Ciudad por parte del rey Alfonso XII.