Nadie quiere ser taxista en Linares. O bien puede haber quien esté dispuesto, pero no cuente con los recursos suficientes para aspirar a las plazas de taxi adaptado. Lo cierto es que el Ayuntamiento no ha recibido ni una sola propuesta para las dos vacantes, con carácter indefinido, dirigido a la atención preferente a personas afectadas en su movilidad o usuarias de sillas de ruedas.
Esta situación ha llevado a la Administración local a sacar de nuevo a licitación la concesión de dos licencias de taxi adaptado, porque el primer concurso se quedó desierto. El plazo de presentación de ofertas estará abierto ahora hasta el 29 de febrero, según informó esta semana propio Consistorio en una nota.
El principal motivo es elevado coste de adquirir y mantener estos vehículos y la falta de ayudas para hacer frente al propio servicio. Así al menos lo manifiestan los taxistas consultados por este periódico. «A muchos compañeros les sale más rentable seguir en un taxi normal o pasar la licencia», lamentan.
Y es que, además de la compra del coche adaptado, está la subida de combustibles y de precios en general, por lo que, según comentan, es muy poco rentable si no cuenta con subvenciones o bonificaciones.
Este servicio ha sido largamente demandado por las asociaciones para garantizar el derecho a la movilidad que tiene una parte de la población, principalmente mayores y discapacitados.
Los adjudicatarios deben acreditar también ante el Consistorio la homologación del vehículo y de su adaptación, mediante el certificado correspondiente, entre otros requisitos.
