Los árbitros están en el ojo del huracán del Linares. Las críticas contra sus actuaciones se suceden desde todos los flancos -técnicos, jugadores, afición- y cada vez son más airadas. La actuación del balear Luis Bestard Servera ha sido la gota que ha colmado la paciencia en el seno azulillo, sobre todo el «inexistente» penalti decretado contra el conjunto azulillo por un supuesto derribo de Lolo González a Álvaro Romero.
Las imágenes de la acción dejan claro que el delantero del Algeciras cae sin que intervenga el central de Sanlúcar de Barrameda. Incluso el propio atacante algecireño se sorprende de la decisión del colegiado. Esta jugada fue clave, puesto que significó el 3-2 a favor del conjunto de Iván Ania, que le daba la vuelta al marcador.
Las protestas de los jugadores azulillo no sirvieron de nada, a pesar de que Bestard Servera dudó a la hora de señalar la pena máxima. «Me estaba pareciendo injusto y surrealista por las diferentes situaciones que nos habían costado los goles. Antes de eso el partido estaba bastante controlado, con el Algeciras precipitado en un querer y no poder, pero errores nuestros y del árbitro, inexplicables, hicieron que de repente se nos iban los tres puntos», relató Alberto González en la rueda de prensa posterior al encuentro.
La opinión unánime es que todo cambia menos la posición estratégica de los árbitros que, de un tiempo a esta parte, vienen sometiendo al Linares a decisiones cuanto menos cuestionables. Ocurrió, por ejemplo, con la Cultural Leonesa y las dos expulsiones que condicionaron por completo el choque. También se vio obligado a jugar con un futbolista menos el partido frente al Badajoz. Es decir, duelos en los que el Linares dejó de sumar puntos.
En el Linares no se entiende cómo algunas acciones sí se les pita en contra y otras, muchas más claras, no. Y es que, cierto es, que algunos errores que cometen los árbitros los pagan, en gran medida, los equipos, mientras que los errores de los equipos no los pagan los colegiados.
