«Me siento profeta en mi tierra»

Carmen Linares recibe la distinción de hija predilecta de su ciudad natal, un reconocimiento que ha aceptado con "orgullo" y "felicidad"

Por:Javier Esturillo
Carmen Linares junto con la alcaldesa, Auxi del Olmo. Foto: Ayuntamiento de Linares

La leyenda femenina del cante es una mujer sencilla, amable, agradable, humilde… La fuerza de Carmen Linares se encuentra en los espejos de sus ojos, pero sobre todo en esa voz que acaricia y araña con la que ha jalonado 40 años de historia del flamenco.

La artista que se crio en la antigua Estación de Vadollano. Allí, donde su padre tocaba la guitarra y ella se animaba «muy chiquitita» con el cante y el baile, mientras pasaban los trenes que iban a la ciudad. «Tú vales, a ti Dios te ha dado un don y lo tienes que usar», le decía su progenitor, quien le animó a que explotara su vena artística «cuando nadie quería que las hijas fueran artistas, porque era un mundo muy complicado», rememora.

Este sábado ha recibido el enésimo homenaje de la tierra que vio nacer a Carmen Pacheco Rodríguez. Hoy ha recibido una las máximas distinciones de la ciudad, la de hija predilecta. Sensiblemente emocionada y feliz por este reconocimiento, la cantaora ha reconocido: «Me siento profeta en mi tierra. Os quiero mucho y sé que vosotros me queréis también mucho porque así me lo habéis demostrado», ha dicho Carmen Linares en su discurso, en el que ha expresado su amor por Linares.

Asimismo, ha recorrido sus recuerdos en su municipio natal y ha manifestado su reconocimiento a la valiente generación de artistas con la que convive, en el que se ella se ha convertido en la gran dama del flamenco.

La alcaldesa de Linares, Auxi del Olmo, y concejales de la Corporación, así como muchos vecinos de la localidad estuvieron presentes en este acto en el que se ha reconocido «a la excelente artista y a la maravillosa persona».

Triunfo en el Cervantes

En la víspera, Carmen Linares actuó en el Teatro Cervantes, donde colgó el ‘cartel de no hay billetes‘ con su espectáculo ’40 años de flamenco’. Sobre su escenario realizó una antología del cante que reúne parte del repertorio imprescindible que ha encumbrado a la cantaora jiennense como una leyenda del flamenco.

Un recital lleno de luz, ternura, llanto, memoria, color y verdad. Carmen Linares hizo gala una vez más de su dominio de un amplio recorrido de estilos flamencos. Una enorme versatilidad que le ha permitido participar no solo en flamenco, si no también en zarzuelas, obras teatrales y numerosos proyectos junto a músicos clásicos y del mundo del jazz. La ovación al final del concierto fue atronadora, muestra del cariño que despierta entre sus paisanos.

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