Reportaje | Juan García Bonilla, una mente brillante de Linares en la NASA

Detrás de su rostro aniñado, se esconde una mente brillante. A sus 22 años, está a punto de dar un gran salto en su carrera académica. En nada, empezará a trabajar en el Jet Propulsion Laboratory, en Pasadena (EE UU). Un centro de especializado en robótica espacial de la California Institute of Technology (Caltech) y financiado por la NASA.

Su nombre es Juan García Bonilla y nació en Linares, ciudad de la que se marchó con tan solo 16 años a la Universidad Carlos III de Madrid para estudiar Ingeniería Aeroespacial. Un año antes, durante una visita Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, algo le llamó poderosamente la atención: una exposición sobre satélites.

Fue tal su fascinación que se convirtió en un objetivo. “Pensé que quien los había diseñado tenía que ser alguien muy inteligente. Me pareció tan extraordinario y complicado que yo también quise hacerlo”, recuerda. A partir de ese momento, se desafío a sí mismo. Se graduó y recibió una beca para seguir su formación en el Instituto de Tecnología de Georgia (EE UU), donde obtuvo la máxima calificación.

Por si fuera poco, se convirtió en Embajador STEM, fue nombrado presidente del Comité Cultural en la Casa Internacional e incluido en la Sociedad de Honor Sigma Gamma Tau para la Excelencia Aeroespacial. Además, consiguió una beca para realizar investigaciones sobre modelos gravitacionales de cuerpos pequeños y optimización de trayectorias.

Su currículum es interminable y tan maravilloso que no pasó desapercibido para la Fundación ‘la Caixa’, que le brindó la posibilidad de marcharse a la Universidad Tecnológica de Delft (Países Bajos) para realizar el posgrado. A finales de agosto, defiende su tesis de máster en Exploración Espacial antes de poner rumbo a California.

Enseñanza pública y referentes

Juan García Bonilla se siente «orgulloso» de la formación que ha recibido en su ciudad natal, tanto en el colegio Europa (El Pilar) como en el IES Cástulo. Alumno con altas capacidades, desde pequeño se vio arropado y ayudado por sus maestros, profesores y psicólogos, de los que solo tiene palabras de agradecimiento. Recuerda con especial cariño su etapa en el instituto, donde la profesora de Matemáticas, le animaba para que potenciara sus conocimientos. «Me siento muy feliz de haber estudiado en la enseñanza pública. Me ayudaron muchísimo en mi etapa escolar y en Secundaria», subraya el joven ingeniero.

Gracias a esa Educación, Juan García Bonilla no desperdició su talento. Esos docentes le acompañaron en en su precoz itinerario hacia la Universidad y hacia una carrera meteórica, en la que también han tenido buena parte de culpa su familia. Su padre, Juan Carlos García Morillas, director de Administración, Recursos Humanos y Sistemas de Gestamp Linares y un activo de la Cámara de Comercio, es uno de sus mayores referentes. «Es un trabajador incansable que me ha aportado una serie de valores importantísimos para mí», asegura a este periódico Juan García Bonilla.

Dentro de poco, ampliará aún más sus conocimientos en astrodinámica, el campo que diseña los caminos que siguen las naves espaciales. El espacio sigue representando un desafío, pero ese ya no es su único desafío. “La curiosidad de querer saber lo que existe en el más allá es lo más hermoso de esta profesión”. Por eso, algún día le gustaría formar parte de un equipo que diseñe una órbita para una misión de la Agencia Espacial Europea o la NASA. “Sentir que un aparato de tanto valor económico y emocional sigue el camino que tú has trazado y va a cumplir la misión gracias a tu pequeña aportación es una sensación que me gustaría vivir”, concluye.