No son aprendices de Jedi y sus fuentes no brotan de la saga de Star Wars, aunque exista cierto vínculo. Lo suyo es mucho más profundo. Entronca con la exploración del pensamiento mediante el conocimiento de las armas.
La Academia de Esgrima Láser de Linares, pionera en el mundo, se guía por una serie de códigos basados en el valor del diálogo y de la tolerancia a la diversidad en la resolución de cualquier tipo de conflicto. No es el combate lo que les mueve, sino el aprendizaje mediante el estudio filosófico.
Las escuela cínica, el estoicismo y el escepticismo son algunos de los ejes sobre los que pivotan su visión de la esgrima, pero también de la vida. No practican un deporte, ni tampoco un arte, su academia es un lugar reservado a la reflexión y exploración de las ideas.
El maestro Marcelino Miguel Castro instruye a sus discípulos desde la formación de un criterio propio, autónomo y crítico fundamentado en la lectura filosófica, pero también científica. De hecho, la espada o sable láser no nace con Luke Skywalker y sus antecesores jedis. La inspira el escritor Isaac Asimov.
La academia cuenta con 30 aprendices o iniciados de distintas edades y de orígenes muy heterogéneos. Llegan a la academia a través de otro alumno. Su acceso, por lo tanto, está limitado y reservado. A pesar de ello, cada día son más las personas interesadas en formar parte de este centro del saber.
Marcelino Miguel deja claro a este periódico que pertenecer a la academia requiere tiempo y ganas de profundizar en la lectura. Asimismo, advierte de que allí no se va a luchar. El objetivo es otro: enseñar filosofía marcial para, precisamente, evitar el enfrentamiento. «La forma más eficiente de usar las armas es conocerlas y explorarlas para nunca tener que utilizarlas», asegura el maestro.
El éxito o el fracaso, la victoria o la derrota no son importantes en los duelos entre los tiradores de esta academia. Lo trascendental es que sepan discernir entre lo verdadero y lo falso, lo valioso y lo desestimable, lo decente y lo indecente, lo justo y lo injusto.
Marcelino Miguel es el autor del primer tratado esgrimístico formal de la historia de las armas láser. Este libro, en sus más de 900 páginas, alberga los principios geométricos que posibilitan el aprovechamiento de la naturaleza particular del arma láser. Para ello, se hace un profundo desarrollo sobre la biomecánica, que posibilitará la eficiente interacción entre el agente, el instrumento y la oposición.
Del mismo modo, se ahonda en la psicología de los implicados, en la naturaleza y fenómenos asociados al arma, en la filosofía propia del conflicto y en otros aspectos claves, «ofreciendo destrezas para aumentar las posibilidades de éxito, tanto en asalto como fuera de él», remata el maestro.