Santana Motor es una rara avis dentro del panorama musical linarense. Es una mezcla se sonidos que nos hacen rememorar viejos laureles de la movida de los años 80 y del rock neoyorquino de principios de este siglo. Por momentos recuerdan a Los Nikis y, por otros, a The Strokes Una combinación algo extraña, pero efectiva en su escucha.
Julio, Ángel y Manu -omitimos sus apellidos- son tres jóvenes sin complejos que han montado un proyecto con el nombre de la factoría automovilística por bandera, en un claro guiño a sus orígenes linarenses. No necesitan demasiadas notas y acordes para literalmente montar un festejo encima del escenario. Su mayor fuerte es el directo. Ahí, es donde lo petan, como se ha podido comprobar en sus apariciones estelares en festivales y garitos de la ciudad.
Verlos en vivo es, simplemente, una experiencia única, cargada de diversión y de saltos que reviven a un muerto. Dicen de ellos que son naturales, normales, honestos, sinceros… Lo podemos constatar en ‘Primero por mí’, una canción sin pretensiones, aunque pegadiza.
Santana Motor tiene su gracia, merced a unas letras sin ambages, ni estrofas rebuscadas. Son sencillas y fácilmente digeribles, lo que hace mucho más verdadero el mensaje que tratan de trasladar al público. Criados en familias con un gusto musical exquisito, esta banda linarense tiene un futuro prometedor. Ahora, se sienten ahora lo bastante fuertes para afrontar empresas de envergadura.