Se buscan placeros

El Ayuntamiento de Linares da por concluidas -con retraso- las obras del nuevo mercado de abastos, pero ahora debe llenarlo de vida

Por:Javier Esturillo
Autoridades visitan las instalaciones del nuevo mercado de abastos. Foto: Ayuntamiento de Linares

Con bastante tiempo de retraso sobre la fecha prevista, el Ayuntamiento de Linares ha dado por concluidas la reforma del antiguo mercado de frutas y verduras. El problema viene ahora, porque hay que llenarlo de vida y, de momento, muchos de los inquilinos de la plaza de abastos de Santiago no quieren volver. Han encontrado acomodo en otras ubicaciones y cambiar a estas alturas no le es rentable.

El equipo de Gobierno ha entablado conversaciones con algunos de ellos para que regresen y, a partir de ahí, y según ha avanzado el alcalde, Raúl Caro-Accino, «el objetivo es conseguir que sea un mercado funcional, que cumpla con el reto de seguir dinamizando esta zona comercial y abrir sus puertas lo antes posible».

Interior del mercado. Foto: Ayuntamiento de Linares

El Ayuntamiento ya ha iniciado los trámites administrativos para poder cubrir el total de 23 puestos de esta nueva lonja urbana, compuesta por diecinueve puestos de venta y cuatro espacios polivalentes. La obra ha ascendido a 801.000 euros, cofinanciada con fondos de la Edusi, de la Diputación Provincial y del propio Consistorio.

La intervención, que se ha ejecutado a trompicones, han incluido la instalación de un ascensor accesible que conecta con el aparcamiento y la galería que conduce hasta las cámaras frigoríficas, además de la puesta en marcha de dos puntos de recarga de vehículos eléctricos. Paralelamente, dentro del nuevo sistema de iluminación, se han colocado sistemas de domótica.

Aparcamiento de la nueva lonja urbana de Linares. Foto: Ayuntamiento de Linares

Por otro lado, se ha mantenido el esquema original en forma de peine, evitando en la medida de lo posible el efecto pasillo en la distribución de los puestos. De este modo, una vez abierto al público, el cliente podrá ver dichos puestos por igual, sea cual sea su posición. Con esta intervención se persigue una nueva mejora en la oferta comercial de Linares.

Antes de que se viera abajo la plaza de abastos de Santiago, en marzo de 2018, este mercado, construido en 1986, daba cobijo a los vendedores de frutas y verduras, mientras que el otro, de principios del siglo XX, estaba destinado a la carne y al pescado.

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