Un mes antes de la última jornada de Liga en el Grupo III de Segunda B de la temporada 88/90, José Antonio Icaza, presidente del filial del Atlético de Madrid, se vio obligado a salir a la prensa para desmentir la presunta prima que el club colchonero había dado a jugadores del Leganés para que derrotaran al Linares, con el que mantenía una lucha fratricida por el ascenso a Segunda División.
Según recogen los medios de la época, Juan José Calle, jugador del Leganés y que con anterioridad perteneció al Atlético Madrileño, habría alertado de esa supuesta compra, tras recibir la llamada telefónica de una persona del club presidido por Jesús Gil, cuya identidad desconocía.
Poco después, el 11 de junio, el Linares no pasaba del empate a uno en el campo del Pegaso después de que el colegiado castellanoleonés Población González expulsará a Aguirreoa, Pérez Durán y Vallina, además de anularle un gol a Mesquida en el minuto 41. Sabas adelantó a los madrileños en el 78 y, diez minutos después, empataría el canterano Quini.
Aquel partido levantó una enorme polvareda que se sumó a unas declaraciones de Jesús Gil en una emisora en las que dijo: «Linares no está ni en el mapa». La polémica estaba más que servida, si bien el conjunto entrenado por Josu Ortuondo podía sellar medio ascenso a Segunda al siguiente domingo de haber vencido al Sevilla Atlético en un Municipal de Linarejos hasta la bandera, pero no pasó del empate a dos.
Todo se decidiría en la fecha 38 en el Vicente Calderón. La afición minera se movilizó como nunca. Más de cuarenta autobuses y innumerables coches particulares trasladaron hasta la capital de España a unos cinco mil seguidores azuilillos que se las tuvieron que ver con los 25.000 colchoneros que esa tarde poblaban las gradas del Calderón.
Un Linares mermado por las bajas y la mala suerte cayó por dos tantos a cero en el encuentro definitivo. De Diego y Sergio anotaron para el Madrileño. Toledano mandó a la cepa del poste un disparo con cero a cero en el marcador. Se esfumaba así el sueño de retornar a la División de Plata.
No pasaron muchos días, cuando Gil anunciaba la contratación de Josu Ortuondo como técnico del filial y de los exazulillos Expósito, Martínez y Vallina. Todo olía demasiado mal y, hoy en día, aún se piensa que aquel ascenso estaba más que ‘amañado’ semanas antes de aquel 25 de junio de 1989.
A punto de cumplirse 35 años de esa tarde fatídica, el Atlético de Madrid B regresa al Municipal de Linarejos, donde el cuadro de Romerito se juega más de media permanencia. Los que vivieron en primera persona ese «robo» acudirán al campo con sed de revancha, por mucho que haya llovido desde entonces.