El Linares sigue trabajando en la confección de la plantilla de la temporada 23/24 sin prisa, pero sin pausa. El mutismo es absoluto en las oficinas del club. Lo poco que se conoce oficial por parte de la junta directiva llega con cuentagotas y a través de las redes oficiales de la entidad presidida por Jesús Medina.
De momento, tan solo se conoce los jugadores que continúan del curso anterior: Ernesto, Cañete, Squadrone, Rodri, Fran Varela, Dani Perejón y Hugo Díaz, y las bajas de Fermín (cesión), Aitor Gelardo (cesión), Álex Sancris, Arnedo, Candelas y Lolo González. Hasta ahora la única incorporación ha sido el sub 23 Zaki, procedente del Real Jaén, de la Tercera Federación.
El director deportivo, Miguel de Hita, está enfrascado en la contratación del entrenador. En los últimos días, ha cobrado fuerza la opción de Manolo González, que en las dos últimas campañas ha dirigido a la Sociedad Cultural y Recreativa Peña Deportiva Santa Eulalia, de la isla de Ibiza, con otras tantas promociones de ascenso a Primera Federación.
Todo ello con el 30 de junio a la vuelta de la esquina. Ese día concluye de manera oficial el curso y los profesionales acaban contrato. Sin embargo, en el Linares no es una situación atípica. Prácticamente, de un tiempo a esta parte, la mayor parte de renovaciones, salidas y fichajes se hace con la pretemporada casi empezada o en marcha.
El principal problema radica en que la junta directiva acude al mercado con los justo y no puede competir con la mayoría de equipos, por lo que debe esperar hasta última hora para hacerse con los servicios de los futbolistas que van a conformar el plantel. La mayoría tercera o cuarta alternativa del director deportivo y del propio técnico.