Thomas Kidd Curry y Charlotte Remfry nacieron en Linares, pero de profundas raíces británicas. Él era ingeniero de Minas y ella, una cultivada escritora, editora y traductora que se dedicó a enseñar a leer y a escribir a los hijos de los trabajadores de manera atruista.
Los dos fueron personajes influyentes en la sociedad linarense de finales del finales del siglo XIX y hasta bien entrado el XX. Vivieron la época de esplendor de la minería y, también, su decadencia. Sus escritos son fundamentales para conocer aquella floreciente ciudad de Andalucía.
El Patio de Cristales del Ayuntamiento acogió este jueves un acto que más allá de su simbolismo representa mucho para el municipio: la donación del legado documental de Thomas Kidd al Archivo Histórico Municipal.
Luis Ravaneda, su antiguo responsable y ahora director de la Biblioteca, siguió la ceremonia apoyado en una de las columnas del recinto. Quizá, era la persona que con más emoción siguió la firma entre la alcaldesa, Auxi del Olmo, y Carlos Lerchundi Laidler, en calidad de representante de los herederos y como Cónsul General de la República de Sudáfrica en Bilbao. Él sabe mejor que nadie lo que representa para el patrimonio de Linares.
No en vano, según explica el Consistorio, «se trata de un valioso conjunto testimonial vinculado al pasado minero de nuestra ciudad, que viene a enriquecer nuestro patrimonio histórico», subrayan desde la institución municipal.