Los pueblos y ciudades son espacios de encuentro con un rasgo definitorio obvio: la diversidad. El espacio público es un lienzo en el que se construye lo colectivo. Diversidad sexual, política, étnica, religiosa, económica, formativa… son aspectos que se perciben en calles, avenidas y plazas, o incluso en comunidades de vecinos, escaleras o centros educativos.
Desde una empresa con trabajadores discapacitados a una tienda en manos de mujeres rurales. Mejorar la vida de las personas que habitan Baños de la Encina, independientemente de su identidad de género, procedencia, ideología, creencia religiosa o raza, es el propósito de las políticas que desarrolla el Ayuntamiento en el ámbito local para prevenir la discriminación o favorecer la convivencia y la cohesión social.
Para la Concejalía de Servicios Sociales, Igualdad y Juventud, es un patrimonio común y principio que reconoce las diferencias entre distintos grupos humanos, propiciando su interacción en un plano de igualdad y horizontalidad. “Garantizar valores como la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo, frente a la discriminación por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia, es un objetivo irrenunciable para este equipo de Gobierno», asegura la concejal del ramo, Loli Díaz.
Con este espíritu, el Consistorio bañusco trabaja de manera transversal en proyectos e iniciativas que potencien la calidad de la igualdad de género. Prueba de ello es la Fiesta de la Diversidad organizada el viernes, 24 de junio, con motivo del Día Internacional del Orgullo LGBT, que se conmemora este martes en todo el mundo.
«Vivo mi amor y mi identidad sexual con plena libertad»
Víctor Manuel Domingo Vos llegó hace cuatro años a Baños de la Encina desde el municipio madrileño de Villarejo de Salvanés por amor. El destino cruzó en su camino un andaluz del que se quedó prendado. Él y su pareja viven su relación con «plena libertad». «Aquí me he encontrado con gente muy abierta, con la que se puede hablar de todo y, ante todo, respeta la condición sexual de cada uno», explica a este periódico.
A sus 37 años se siente «muy feliz» en el pueblo hasta tal punto que tiene planes de boda a la vista. «Si Dios quiere, me caso próximamente», dice con una sonrisa en los labios. Precisamente la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo representó, a su juicio, un «avance importantísimo» para que los homosexuales «tengan los mismos derechos que los demás».
Víctor Manuel reconoce que hasta ahora no ha sentido discriminación ni rechazo por su orientación sexual, pero advierte de los mensajes homófobos que llegan desde distintos sectores de la sociedad y partidos políticos. «Suponen ciertamente un retroceso en los derechos que tanto sacrificio nos ha costado conquistar. Son discursos solo sirven para incitar al odio, sobre todo en la juventud», lamenta.
«Baños es un ejemplo de diversidad»
A solo unos metros de Víctor Manuel, Nikoleta Constantin charla animadamente con la concejal de Servicios Sociales, Igualdad y Juventud. De origen rumano, es una mujer inquieta, culillo de mal asiento, que no para ni un instante quieta.
Habla un español fluido y le gustaría saber francés, inglés, italiano… Todo lo que le echen por delante porque está ávida de conocimientos. Asegura que en la diversidad está la riqueza de un pueblo. Y en este punto, Baños es, para ella, «todo un ejemplo». Se siente gitana por los cuatro costados y lo lleva a gala. «Da lo mismo a qué etnia o raza pertenezcas, lo importante en esta vida es ser buena persona y creo que lo demuestro cada día», apunta. «El hecho de ser gitana no me ha cerrado puerta alguna. Me siento valorada por la gente y en mi trabajo», remata.
Como madre, trata de inculcar a sus hijos valores y principios de respeto hacia los demás. «La realidad es que amamos todos, y da igual a quién: este debería ser el punto de partida», insiste. A este respecto, asegura que la aceptación de nuestros hijos tal y como son es un pilar básico para que construyan su sexualidad de manera sana.
En su opinión, deben temer, ocultar o evitar hablar de ello, más bien todo lo contrario, a pesar de que el sexo, la identidad y la diversidad sexual sigan siendo tabú en muchas familias.
Diversidad, igualdad e inclusión, ejes de las políticas municipales
La diversidad, la igualdad entre el hombre y la mujer y la inclusión son tres de los ejes sobre los que pivota la acción política del equipo de Gobierno bañusco. Lo hace de forma trasversal y con medidas tangibles para consolidar una sociedad justa. «Creemos que es la única manera de desarrollar un sentido muy profundo de la responsabilidad y de la mirada hacia el otro con respeto. Nuestro meta como Ayuntamiento es generar compromiso, sentido de pertenencia y un inmenso respeto a la diversidad, porque todo ello propicia una red de relaciones sólidas y cohesionadas», destaca con firmeza Loli Díaz.
Desde su punto de vista es esencial defender a los más vulnerables. Por eso es una prioridad para su departamento asegurar que todos los vecinos y vecinas, en particular los que pertenecen a los colectivos más frágiles, tengan los mismos derechos a los recursos que el resto de la población. «Reducir esta vulnerabilidad es fundamental para el Gobierno municipal», sentencia.
Fotos y vídeo: Mencanta Comunicación