El desempleo hace mella en Linares en los mayores de 45 años

La mitad de los desempleados de la ciudad supera esa franja de edad y la mayoría lleva más de dos años buscando trabajo

Por:Javier Esturillo
Foto de recurso de una oficina del Servicio Andaluz de Empleo.

Desde que perdió su trabajo en una empresa auxiliar de Santana Motor, la vida de Juan ha sido un camino lleno de espinas en materia laboral. Encadenó empleos temporales de todo tipo hasta que la edad se convirtió en su principal escollo para encontrar un puesto de trabajo en Linares.

Fue uno de los cientos de trabajadores que se vio sacudido por el cierre de la antigua factoría automovilística. Un tsunami del que la ciudad aún no se ha recuperado. Él, como otros muchos, espero confiado a una hipotética recolocación a través del Plan Linares Futuro, del que no se sabe nada desde su firma en 2011.

Juan, originario del barrio de Santa Ana, sigue dejando su currículum en empresas locales «sin esperanza alguna» de que lo llamen y es, además, de los que apostó su suerte a las bolsas de empleo del Ayuntamiento. «Eso es como una moneda al aire. Hice todo lo que me dijeron, pero mi teléfono no suena», apunta con desazón. Tiene 55 años, está divorciado, es padre de una adolescente y cobra una prestación mínima que no supera los 500 euros.

Parque Empresarial Santana. Foto: Javier Esturillo

Forma parte del segmento de población de Linares mayores de 45 años que más cola hace en la oficina del Servicio Andaluz de Empleo. No en vano, representa la mitad del paro de la ciudad.

Según los datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social correspondientes al mes de julio, de los 6.061 sin ocupación en Linares, 3.090 tienen más 45 años. De ellos, 1.161 son hombres y 1.929 mujeres. Entre 25 y 44 años, hay 2.523 personas desempleadas, mientras que menores de 25 años, 448.

Si los jóvenes tienen la tasa de desempleo la más elevada a nivel autonómico y nacional y es el colectivo que más preocupa por tener grandes dificultades para insertarse en el mercado laboral, todavía lo es mucho más, para los mayores de 45 años al perder su puesto de trabajo, debido a que su recolocación es muy difícil, máxime en un municipio en el que escasean las oportunidades de empleo para toda la población. «Para las instituciones parece que hemos dejado de existir», denuncia otro parado de 48 años que prefiere guardar su anonimato.

La falta de un trabajo estable no es perjudicial únicamente para el bolsillo y la estabilidad laboral y económica de los trabajadores: también tiene sus réplicas en su salud mental. «Es desesperante no saber qué hacer con tu vida a esta edad. Todos los días son iguales y llegan un momento que te vuelves loco», añade con cierto fatalismo.

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