Este lunes, 12 de septiembre, comienza la tercera y última fase de la restauración de los murales de la ermita de Nuestra Señora de Linarejos Coronada. Con ella se dará por concluido un proceso que comenzó antes de la pandemia y que convertirá al templo en un verdadero santuario del arte en el que se experimenta con varios estilos vanguardistas, encarnado en los murales del magistral Francisco Baños y de uno de sus discípulos Francisco Carulla.
Las labores se concentrarán ahora en las pinturas del presbiterio, obra de Carulla, y en las del lateral oeste de la iglesia, conocida como puerta de San Francisco de Asís, creadas por Baños. Paralelamente, Manuel Martos Leiva se encargará de la restauración de la limpieza de la pulsera del arco de ángeles que da paso al camarín, realizados por el pintor catalán Francisco Carulla, sin coste alguno para la cofradía de la patrona de la ciudad.
Todos estos trabajos pondrán el punto y final a un laborioso proyecto, sufragado en su totalidad por la Fundación Caja Rural de Jaén, que permitirá a los fieles de la Virgen de Linarejos y al resto de visitantes contemplar auténticas obras de arte un incalculable valor para Linares.
Y es que, gracias a esta completa restauración, el santuario se transformará en un museo de dos de los muralistas más influyentes del siglo XX. No en vano, el linarense Francisco Baños, fallecido en Valencia en 2006, con un legado único compuesto por sus primeros dibujos y retratos de familia, en su Linares natal, hasta las últimas obras abstractas fechadas en el año 2002.
Por su parte, Francisco Carulla (Barcelona, 1927) trabajó en las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado en la rehabilitación del Santuario de Nuestra Señora de Linarejos Coronada. Suyos son los murales que cubren la la bóveda de la nave central, restaurados en la segunda fase de la intervención.