El Guardia Civil de Tráfico que falleció este sábado tras ser arrollado por un vehículo que habría sido sustraído previamente en Pravia, en Asturias, será enterrado este lunes en Bailén.
El agente de 49 años, casado y padre de una hija, era natural de la localidad jiennense y destinado en el cuartel de Rubín. Se encontraba de servicio en la prueba deportiva ciclista Santiago Santana, en el municipio asturiano de Grado, cuando fue arrollado por el conductor de un coche robado que fue detenido poco después por la Policía.
Al parecer, el vehículo eludió el primer alto que le dio un guardia civil que regulaba el tráfico por la celebración del trofeo Santiago Santana de Ciclismo Junior y cuando llegó a la altura del segundo agente que trataba de darle el alto, lo atropelló causándole la muerte.
El agente fallecido formó parte del operativo de extinción de incendios que el jueves evitó que las llamas llegasen a la gasolinera de Quintana, en Valdés.
«Salvó muchas vidas», así se expresaba Manuel Prieto, presidente de la Escuela Ciclista Santi Pérez de Grado, sobre el terrible accidente. Prieto lo tiene claro: «Sin la actuación del agente fallecido hubiesen muerto muchos niños que estaban participando en la prueba. Se le debe mucho», recoge El Comercio de Asturias.