Linarejos se cae a pedazos. Esa es una realidad objetiva y visible que constata los años de abandono que padece el campo sin que nadie, hasta el momento, haya hecho nada para remediarlo. Ni si quiera ha recibido unos cuidados paliativos mientras se acomete su remodelación.
Es una infraestructura enferma, en estado crítico, que requiere de manera urgente una serie de obras de mantenimiento para, como mínimo, garantizar la seguridad del público.
Ni el anterior equipo de Gobierno (Ciudadanos-PP) ni el actual (PSOE-IU) han prestado auxilio para revertir la situación. No se han realizado trabajos mínimos para mejorar la imagen de un edificio con más de 65 años de antigüedad que tiene patologías de todo tipo, desde humedades a problemas graves de accesibilidad, sin olvidar la situación alarmante del graderío -piedra-, que literalmente ha pasado de descascarillarse a caerse a trozos, con el consiguiente peligro para los aficionados.
Solo palabras, pero pocos hechos
Este diagnóstico no es nuevo. Hay distintos informes de la época de Delfín Cañas en la propiedad del club que advierten de la gravedad de las dolencias de Linarejos. Ya en esa época se pedía un nuevo estadio. El entonces alcalde, Juan Fernández, inició los trámites para su construcción en unos terrenos de la Carretera de Baños, pero quedó en agua de borrajas con la disolución del Club Deportivo Linares.
Empezar de cero, una vez más, fue la mayor condena para el campo, pues coincidió con la crisis económica derivada del pinchazo de la burbuja inmobiliaria y del cierre de la factoría de Santa Motor. Además, por aquellos tiempos, el equipo competía en categorías provinciales y regionales que, a juicio de las autoridades municipales, no requerían de unas mejores instalaciones.
Tanta fue la dejadez que los propios aficionados tuvieron que arremangarse para darle un lavado de cara. Fue durante el verano previo al iniciar la competición en la extinta Primera Andaluza autonómica -hoy División de Honor- cuando miembros de la Peña Valgas de Fresa y otros seguidores anónimos se pusieran manos a la obra para que Linarejos presentara una imagen más o menos digna.
Asimismo, se retiraron las vallas metálicas colocadas en la década de los noventa y se realizó algún que otro trabajo de mantenimiento, pero poco más.
Colocación de los asientos y sustitución del césped
La segunda promoción de ascenso a Segunda B, en mayo de 2015, llevó al Ayuntamiento, en poder del PSOE, a acometer la ‘mayor remodelación’ hasta la fecha, con la colocación de unos dos mil asientos en la parte central de Preferencia, en Tribuna Baja y en Tribuna Alta. También se tocaron algo los vestuarios, los servicios y se sustituyó el césped. Paralelamente, se instaló el césped artificial en el anexo y se acondicionaron los exteriores de Tribuna.
Mientras tanto, los aficionados rezaban cada vez que aparecía una tormenta o el viento azotaba con fuerza, porque el riesgo de que se vinieran abajo los muros era más que probable, como así sucedió en enero de 2014.
Cuatro años después, se produjo el desprendimiento de la cubierta de uralita de la grada de peñas por el viento, que puso al descubierto, por enésima vez, las importantes deficiencias de un campo. Este hecho obligó a la Federación Andaluza de Fútbol a suspender el encuentro que debían disputar el Linares y el Atlético Malagueño.
Los hinchas azulillos, como ahora, descargaron todo su malestar en las redes sociales en las que volvieron a reclamar la construcción de un nuevo estadio. Una reivindicación que, como observamos, viene de hace tiempo.
Más promesas
El cambio de Gobierno en 2019 también trajo promesas de Ciudadanos y del Partido Popular. El concejal de Deportes, Pedro Cintero, ofreció, junto con el diputado provincial de Cs, Ildefonso Ruiz, una rueda de prensa en la que prometió invertir en el mantenimiento «del principal complejo deportivo de la ciudad».
«Queremos apostar decididamente por la necesaria rehabilitación del estadio municipal, que tras décadas siendo testigo de grandes gestas deportivas y del desarrollo de Linares, requiere ahora una importante rehabilitación que permita la correcta promoción del deporte en la ciudad y que haga viable el crecimiento de las entidades deportivas vinculadas al recinto deportivo», señaló Ruiz a los medios de comunicación.
Llegó la pandemia y nuevos compromisos sin cumplir
Pero llegó la pandemia y todos esos compromisos quedaron aparcados. Lo único que se hizo fue pintar las gradas, aprovechando los planes de empleo.
Mientras se negociaba la remodelación integral de la Junta, el alcalde, Raúl Caro-Accino, y la concejal de Economía y Hacienda, Noelia Justicia, anunciaron a bombo y platillo una serie de intervenciones para mejorar la instalación, como la renovación completa de los accesos y la construcción de unas nuevas taquillas, entre otras muchas.
Lo único que se hizo fue tirar un muro que amenazaba derrumbe en la zona de Preferencia para poner unas placas metálicas y la sustitución del césped con la partida de la Edusi que iba para la pista de atletismo. Una vez se anunció el proyecto del nuevo estadio, no se supo más de esas obras.
Ha sido el club, con fondos propios, el que ha ido mejorando las instalaciones, tanto de vestuarios como de la sala de prensa y en alguna que otra dependencia más.
Sin noticias de mantenimiento
El actual equipo de Gobierno (PSOE e IU) tampoco han hecho nada para remediar el lamentable estado que presenta Linarejos, a pesar de los propios servicios municipales han reconocido que la estructura presenta diversas patologías que se pueden observar a simple vista.
Desde que Javier Perales tomó el bastón de mando de lo único que se habla es del retraso en la tramitación de las obras de la remodelación integral, pero para nada de unas mínimas obras de mantenimiento. Fuentes del Ayuntamiento dicen que hay una partida de 40.000 euros para ese menester. Dinero que no se ha visto reflejado en la conservación del ruinoso Linarejos.
Así pues, por lo que respecta al mínimo mantenimiento de la instalación municipal, ni unos ni otros han puesto de su parte para que el estadio presente unas mínimas y dignas condiciones. El problema, como queda demostrado por la hemeroteca, viene de muy lejos, independientemente del color político que gobierne en el Consistorio linarense.
Y a todo esto, poco se sabe de cómo va la adjudicación de las futuras obras en las que se invertirán aproximadamente once millones de euros, de los que nueve provienen de la Junta de Andalucía de Juanma Moreno. Como tampoco se informa del proceso de transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva.