Cuando los alumnos del colegio público Pedro Poveda de Linares regresan del recreo, se tumban en el suelo del gimnasio formando un círculo. Adoptan una determinada postura, cierran los ojos, respiran hondo y comienzan a meditar. Una maestra les enseña a estar tranquilos y relajados.
En realidad están en una clase de ‘mindfulness’ para que sean plenamente conscientes de lo que está ocurriendo aquí y ahora. Es el estado ideal para combatir las distracciones y concentrarse en los objetivos. Quizá, ahora, son muy pequeños para entenderlo, pero, en el futuro, les servirá de mucho.
Se trata de una herramienta de meditación que les permite atender a pensamientos, emociones y sensaciones corporales, disfrutando del presente. Aceptando la realidad tal cual es. Estas clases también fomentan la empatía y compasión, y puede ser un aliado muy valioso para luchar contra el acoso escolar.
El delegado de Desarrollo Educativo, Francisco José Solano, acompañado por la directora del centro, Carmen Molero, ha participado en una sesión de ‘mindfulness’ y ha quedado sorprendido del poder de concentración que alcanzan los niños. “Ayuda al alumnado a poner la atención plena en el momento presente que están viviendo, de lo que hacen y lo que pasa a su alrededor», ha destacado el responsable autonómico.
Otra de las actuaciones que han implantado en el Pedro Poveda es la de meditación creativa. Esto es, actividades de creatividad, modelado o pintura en las que el resultado artístico deja de tener importancia y se busca que el alumnado alcance la concentración al realizarla.
En relación con esto, el delegado ha afirmado: “Hay investigaciones científicas recientes que han resaltado la eficacia de esta práctica” y ha animado a la comunidad educativa a seguir con este proyecto con el que “no solo se potencia en el alumnado un estado de atención y concentración claves para el aprendizaje, sino que también se les ayuda a desarrollar técnicas con las que gestionar los momentos de tensión, lo que implica una mejora de la convivencia”.
