Pepe Mena, séptimo fichaje del Linares, era una de las perlas más cuidadas de la cantera del Sevilla FC, club al que llegó en edad alevín. Eran tales las esperanzas depositadas en él que llegó a representar a los escalafones inferiores en la fachada principal del Sánchez-Pizjúan. Su cara de niño aparecía junto con la de mitos del sevillismo de la talla de Jesús Navas, Reyes, Kanouté, Palop o Pablo Blanco.
Debutó con el primer equipo en la Copa del Rey en la 18/19, de la mano de Pablo Machín, y, al curso siguiente, Lopetegui le dio minutos en dos partidos de la fase de grupos de la Europa League.
Sin embargo, José Mena Rodríguez (Utrera, 1998) no terminó de cuajar en el Sevilla, por lo que ambas partes decidieron separar sus caminos y, a comienzos de octubre de 2020, se marchó al Baník Ostrava checo, donde permaneció una campaña hasta su incorporación al Algeciras CF, el pasado verano.
En el club albirrojo disputó un total de 29 partidos en Primera Federación y anotó dos tantos. Comenzó de titular, pero en la recta final de la competición liguera fue perdiendo protagonismo en el once de Iván Ania.
Se trata de un centrocampista con descaro y pegada, que se desenvuelve en las posiciones de mediapunta y mediocentro. Pese a su juventud, acumula experiencia en Segunda División y Segunda B con el filial sevillista.
Pepe Mena se suma la nómina de refuerzos azulillos para la próxima temporada compuesta por Zaki (Real Jaén); Manolo Molina (CP Cacereño); Miguel Berlanga (Alcorcón B); Javi Rentero (Leganés B), Fran Ortuño (Marbella) y Tano Bonín, central de 33 años procedente del US Vibonese Calcio,
