La Guardia Civil ha detenido a cinco personas en Jaén por alterar los parámetros de los tacógrafos de 20 camiones, en una operación que arrancó el año pasado en Cantabria. La operación Jándalo se ha saldado con la detención de dos administradores de tres empresas de transporte de Jaén y tres responsables de un centro de inspección y ensayo de tacógrafos de la misma provincia, según ha informado este lunes la Guardia Civil.
El tacógrafo registra las horas de conducción y descanso del conductor, la velocidad y los kilómetros recorridos del vehículo, y legalmente los parámetros de calibración de este aparato no pueden superar el 4 por ciento de error. Hace más de un año, el 22 de febrero de 2022, una patrulla de motoristas de la Guardia Civil de Tráfico de Cantabria inspeccionó un vehículo de transporte de mercancías y comprobó que los parámetros de su tacógrafo arrojaban una desviación del 11,9 por ciento.
A raíz de esa inspección, el Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico de Cantabria comenzó una investigación que condujo a la empresa titular del vehículo, relacionada con dos administradores que estaban vinculados a su vez a tres empresas que sumaban un total de 150 vehículos, en la provincia de Jaén. A partir de ese momento se unió a la investigación el grupo de Jaén y la central de Madrid.
El análisis de la documentación de los 150 vehículos de estas empresas apuntaba a un centro de inspección y ensayo de tacógrafos de Jaén, dónde presuntamente se podían alterar los aparatos, y se encontraron «claros indicios» de que 19 camiones más podrían tener el tacógrafo manipulado, explica la Guardia Civil en un comunicado.
Se inspeccionaron otros tres vehículos de las empresas de Jaén que circulaban por Cantabria, que arrojaron una desviación en sus tacógrafos del 7 por ciento. El resto de los vehículos estaban circulando por todo el territorio nacional y para inspeccionarlos, se necesitó el apoyo de las agrupaciones de tráfico de varias provincias y de los Mossos D’Escuadra. En los 16 camiones localizados fuera de Cantabria también se detectaron alteraciones.
El instituto armado advierte de que estas manipulaciones son «un peligro para la seguridad vial» porque ofrecen al transportista la posibilidad de circular a más velocidad y recorrer más kilómetros. Además de que afecta directamente a los sistemas de seguridad como el frenado, estabilidad o tracción, al tratarse de vehículos con unas dimensiones y masas considerables, supone una competencia desleal para el resto del sector, señala.
