Linares y Málaga CF disputarán el próximo domingo (18 horas) un partido que sin ser determinante -solo estamos en la quinta jornada- ha despertado una enorme expectación en ambas ciudades andaluzas. Las aficiones de los dos equipos quieren estar a la altura de las circunstancias y llenarán de colorido las vetustas gradas del Municipal de Linarejos.
El estadio minero respirará fútbol añejo, de ambiente crepuscular, como los de antes. Previa de comida y sobremesa, de tertulia, de camaradería, de hermandad… Por suerte, en los últimos años, este contexto se ha vivido en numerosas ocasiones en Linares. Las visitas ligueras del Dépor, Córdoba, Real Murcia, Alcoyano, Castilla, Barça B, Castellón, Sabadell, entre otros equipos, ha reverdecido viejos laureles para la sufrida hinchada azulilla.
La victoria en el Nuevo Arcángel ha sido un chute de moral para la parroquia linarense, crecida después de los dos últimos triunfos consecutivos. Además, la movilización de la afición malaguista -se esperan más de 2.000 seguidores blanquiazules– ha tenido un efecto multiplicador en su homóloga linarense, por lo que todo hace albergar que habrá un casi lleno en el estadio minero.
También ayuda a generar interés el buen comienzo liguero del Linares y del Málaga. El conjunto de Óscar Fernández está ofreciendo un rendimiento inesperado, dado que la plantilla se ha cerrado sobre la bocina, mientras que los de Sergio Pellicer han empezado como motos el campeonato.
Al Málaga también le precede su historia y empaque. Es sin duda el rival con más pedigrí que pasará por Linarejos este curso, a la espera de lo que ocurra en la Copa del Rey. El cuadro malagueño viene de tocar fondo, pero sabe por su lustroso palmarés que siempre se le pedirá lo máximo, al igual que el Linares, acostumbrado las últimas campañas a codearse con los favoritos al ascenso.
