Hay humor, mucho humor, crisis existencial, aventura, pasión y continuos giros de guion. Son los mimbres con la que está tejida ‘Cariño, devuélveme mi cuerpo’ (Arcopress), una novela tan fresca como intensa, tan apreciada por el público como por la crítica, un libro que no ha dejado de crecer desde que se publicara hace un mes y medio. Un éxito que brota de forma inesperada gracias sobre todo al boca a boca.
Su autora es Leticia Ortiz (Linares, 1985), quien en segunda obra explora las relaciones de pareja y la complicada tarea de hacerse adulto a través de una trama que va in crescendo conformen avanzan las páginas y los líos de sus protagonistas. «Esta es una novela para aprender a situarnos en una piel que no es la nuestra, como si fuese físicamente posible y con todo lo que conlleva. Tiene esa picaresca en el pequeño toque de fantasía urbana que, si bien es minúsculo, es el apoyo del grueso de la obra», señala.
A través de una avalancha de diálogos de asombrosa naturalidad, la autora linarense derrocha inteligencia narrativa a la hora de contar los problemas emocionales de Eva y Daniel, un matrimonio de treintañeros marcado por una desahogada rutina que comienza a distanciarlos hasta que, a partir de una cena por San Valentín, sus vidas dan un vuelco después de conocer a un misterioso mendigo, un señor con incontinencia verbal, un gato disecado, un adusto bibliotecario y otros tantos personajes que se verán involucrados en esta desternillante comedia.
Ortiz se toma ciertas licencias para meter a su ciudad natal en la historia, un hecho más nostálgico que circunstancial, pero que aporta personalidad a un texto que alcanza tintes cinematográficos.
«Cuando creé esta novela, lo hice a sabiendas del riesgo que tomaba manteniéndome en el género humorístico y separándome considerablemente del romántico. Quise de esta manera poner en valor la comedia por encima de todo, la cual seguirá estando presente en el resto de mis trabajos, pertenezcan al subgénero que pertenezcan», avanza Leticia Ortiz.
La escritora linarense ya deslumbró con ‘Kika, nada pasa hasta que pasa‘. otra comedia romántica que obtuvo un notable éxito. Leticia Ortiz, que reside en Elche, bebe de las fuentes del histrionismo de dos reputados creadores como Laura Norton y el alemán David Safier, que, como ella, abordan los problemas cotidianos desde el sentido del humor.
«Como en la novela anterior, reivindico la importancia del género y del producir sonrisas a la hora de leer, pues es extremadamente difícil conseguir un humor universal. Es por ello que animo a todo el mundo a que descubra la magia del humor entre las letras», añade.
Su verbo ágil y a veces tierno, la han convertido en una pluma reconocida en las editoriales, los casas de libros y, sobre todo, los lectores, que comienzan a ser legión.
