La oposición a jueces y fiscales está reconocida como una de las más complicadas, tanto por el volumen del temario como por la dureza de las pruebas. El tiempo medio en aprobarlas es de entre cuatro y cinco años, pero hay un joven linarense que las ha aprobado a la primera. Se llama Juan Francisco Cuevas Tapia y hace menos de una semana se mudó a Barcelona para formarse en la Escuela Judicial.
Con tan solo 24 años se convertirá en uno de los magistrados más jóvenes de España cuando acabe su periodo en la ciudad condal. Es la representación en persona del trabajo y la constancia. Solo así se entiende aprobar las oposiciones a juez en un tiempo récord.
Fue el primero de su promoción de Derecho en la Universidad de Granada y ahora tiene ante sí la posibilidad de cumplir un sueño. Pese a ello, Juan Francisco no se siente «ni superdotado ni más inteligente que nadie». Lo suyo es puro sacrificio por un objetivo que tenía fijado en su mente desde que, a los 16 años, acudió a un juicio y, al acabar, habló con la fiscal. Desde ese mismo momento, sabía que la judicatura era la meta de su vida.
Mucho antes se decantó por la abogacía. Le viene de familia. Su padre, Juan Francisco Cuevas, es letrado. Siempre le apasionó ese mundo, aunque, al principio, su progenitor le recomendó que enfocara su carrera profesional por otro camino. Sin embargo, él, don erre que erre, no hizo caso y se marchó a Granada. Allí, la vocación se reforzó y, al concluir, se plateó el más difícil todavía: ser juez.
Probó suerte en una primera intentona, en 2022, con solo cinco meses de codos. Lejos de desfallecer, se puso serio y comenzó a estudiar una media de ocho horas (efectivas) de lunes a sábado. Unas semanas antes de los exámenes aumentó el nivel de concentración hasta alcanzar las diez horas diarias. Un desgaste físico y mental parecido a un deportista de élite hasta tal punto de «perder varios kilos» en la preparación.
No en vano, sus oposiciones tienen un aura de dificultad que bien confirman las estadísticas: el tiempo de medio para aprobarlas está en casi cinco años, con una edad media de 29 años. Según datos, tan solo son superadas por las Notarías (cinco años y medio) y a Registrador de la propiedad (cinco años y siete meses), donde las plazas ofertadas son menos, pero también disminuye la competencia.
Juan Francisco, en declaraciones a este periódico, reconoce que «nunca ha sufrido más en su vida» que cuando acabó la última prueba, el 31 de octubre. La recompensa es enorme. No solo por hacer realidad su sueño, sino por el orgullo que siente por su familia y su ciudad natal. «En Linares hay muchísimo talento. No todos es malo. Hay muchos jóvenes, como yo, que estudian y se sacrifican. Debemos desmontar los mitos que pesan sobre Linares. Es una ciudad maravillosa«, afirma.
Este joven linarense tiene en sus padres a dos ejemplos, Juan Francisco Cuevas y Pilar Tapia, profesora del Colegio Salesianos-San Agustín, le han inculcado desde pequeño unos principios muy sólidos sobre el valor del esfuerzo. «Son unos de mis grandes pilares. Sin su apoyo y comprensión nada de esto hubiera sido posible», afirma.
Tampoco se olvida de su preparador, con el que ha pasado horas y horas, repasando una y otra vez los temas. Ahora a él le toca alentar a su novia María, quien también quiere convertirse en juez.
Tan solo hace falta hablar con Juan Francisco un rato para percibir algunas de las características que se asocian a los magistrados: mesura, claridad, precaución, seriedad.
