El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, regresó a su residencia oficial en el Palacio de San Telmo con la satisfacción de haber completado con éxito su misión en Linares.
Más allá del programa de iniciativas y anuncios, Moreno consiguió uno de los propósitos estructurales de su visita: insuflar oxigeno al Gobierno de Caro-Accino ante el órdago lanzado por el PSOE para derrocar al bipartito (Ciudadanos-Partido Popular) a través de una moción de censura.
El presidente de la Junta se dio un paseo triunfal por el municipio. Ha pasado de los abucheos de su primera estancia en febrero del pasado año a levantar pasiones en este último desplazamiento, en el que reafirmó su compromiso con el alcalde y con los linarenses. «He venido a Linares veinte veces en los últimos siete años. Y, en solo tres, soy el presidente que más veces ha estado en la provincia de Jaén. No lo podemos resolver todo con la rapidez que nos gustaría, pero nos vamos a seguir dejando la piel. Nuestro compromiso es constante», afirmó en su comparecencia ante los medios a la conclusión del Consejo de Gobierno celebrado en la Estación de Madrid.
Su equipo estratégico supo ocupar todo el espacio y dominar la agenda llenándola de proyectos para relanzar la economía de Linares. Un golpe de efecto tras otro con una foto en el Parque Empresarial Santana que resume su visita: Resistir es vencer.
Se paseó por las mismas instalaciones que once años antes había cerrado el Gobierno de Griñán tras pactar con los sindicatos un plan social con prejubilaciones y recolocación de trabajadores en lo que se definió como ‘Linares Futuro’.
Juanma Moreno abrió las puertas de la antigua factoría automovilística para inaugurar las instalaciones de Evolutio en el reconvertido Centro de Innovación y Tecnología para la Protección de Infraestructuras Críticas (Citpic) para uso especializado en servicios cloud y ciberseguridad. Una visita que, por cierto, no sentó nada bien en las filas del PSOE. «Esta empresa se ha implantado en un centro construido por el anterior Gobierno socialista y ha creado medio centenar de empleos gracias a las ayudas concedidas por la Diputación Provincial de Jaén», espetaron desde la calle Hurtado.
Sea como fuere, el presidente de la Junta ya había logrado su objetivo con anterioridad al deslizar a un posible regreso de El Corte Inglés, con el que se mantienen conversaciones fluidas desde Sevilla; la ampliación de la planta de Sonae Arauco de la Estación Linares-Baeza, en la que invertirá 25,3 millones de euros y creará más de 300 empleos entre su construcción y explotación; el impulso del Área Logística, al declararla de interés autonómico; y convertir a Linares en el primer municipio andaluz que se suma a la red de ‘Ciudades industriales’.
Todo ello sin olvidar la rehabilitación del Parque Empresarial Santana, la remodelación integral del Estadio Municipal de Linarejos y otros propuestas menores.
¿Propaganda?
Esas son las expectativas generadas para crear un clima de confianza y esperanza en una ciudad maltratada por las instituciones desde hace más de una década. Para el PSOE no es más que la puesta en escena del «teatro de la propaganda».
El enfoque es muy sencillo: un buen fondo —ciudadanos agradecidos, unidad frente a la adversidad, brotes verdes en tierra quemada―, mirar a los objetivos y sonreír. El éxito está asegurado durante toda la jornada en las redes sociales y al día siguiente la imagen, pergeñada horas antes, amanece impresa en las portadas de los quioscos.
El pueblo asocia que la maquinaria está en funcionamiento. La nueva política del PP andaluz refuerza continuamente sus mensajes con imágenes potentes. Sabe que las elecciones están cerca y que Linares y, por ende, la provincia son clave, puesto que de ganar en este territorio sería un duro golpe a la línea de flotación del PSOE a un año de los comicios municipales con la Diputación como principal encomienda.
Fotos: Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Linares
