Son las cinco en punto de una tarde agradable de marzo. No hace mucho que Luis Gómez se ha metido en sus piernas diez kilómetros a un ritmo frenético. Este domingo está satisfecho: ha rebajado en cinco segundos su mejor marca personal. Ha sido en la VII Carrera Urbana Ciudad de Torre del Mar, donde ha parado el crono 32 minutos y 36 segundos. El anterior registró lo consiguió en la San Silvestre Vallecana.
Hace una semana, este atleta linarense del Unicaja corrió su primera maratón. Eligió como escenario Barcelona. Acostumbrado a distancias más cortas, la verdad es lo que hizo realmente bien. Se sintió cómodo por las calles de la Ciudad Condal.
Su mayor preocupación era cómo iba a responder su cuerpo después del palizón del pasado domingo, y lo cierto es que no le ha podido ir mejor en la localidad malagueña que ha acogido el Campeonato de Andalucía, en el que se han impuesto Diego Tirado (Cabra Running) y Noelia Valenzuela, también del Unicaja Jaén.
Luis Gómez tiene 30 años y ejerce de médico del Servicio de Anatomía Patológica de el Hospital Universitario de Ciudad Real. Es uno de los abanderados del atletismo linarense, a pesar de la precaria situación en la que se encuentra este deporte en Linares. Como cualquier otro niño, se decantó por el fútbol, pero un maestro del colegio Sagrado Corazón (Las Esclavas) vio en él talento para correr.
Cursaba primero de la ESO, cuando Alejo Palomares, su profesor, le metió el gusanillo de las carreras. A partir de ese momento, fue creciendo y adaptándose a las distancias hasta sentirse especialmente a gusto en el fondo, principalmente los 10 kilómetros y la media maratón.
El salto de su carrera llegó de la mano de su actual entrenadora, Isabel Bausán, quizá la mejor atleta linarense de todos los tiempos. Ella no le quita ojo. «Es un deportista de raza, que se lo toma muy en serio. Es disciplinado y tiene pasión por el atletismo», declara a este periódico Bausán.
Luis Gómez tiene porte y condiciones, aunque el linarense compita más por diversión y devoción que por títulos. Vive el presente, consciente de sus limitaciones. A pesar de ello, este domingo se siente feliz. «Ha sido una carrera rápida. Nos ha acompañado el tiempo y eso ha ayudado», asegura el doctor.
Tipo sencillo, siempre sonriente y con una enorme capacidad de sacrificio, echa de menos, como todos, una pista de atletismo en condiciones en la ciudad para que no se pierda la cantera. Por desgracia, pasarán algunos años hasta que Luis Gómez y sus excompañeros del Club Juventud Linares la vean. Por ahora, lo único que hay son promesas y una instalación decadente que produce vergüenza ajena con solo mirarla.
