Nieves Molina Mengíbar es una enferma crónica. Ha aprendido a convivir con ello, a soportar el dolor que le produce el síndrome de la espalda fallida y la distonía cervical que sufre, entre otras patologías, pero hay momentos en el que el padecimiento es tan intenso que necesita asistencia sanitaria.
Hace una semana acudió al servicio de Urgencias del centro de salud Virgen de Linarejos porque había superado el umbral de dolor. «Era inhumano», relata a este periódico. No es la primera vez que acude, aunque, en esta ocasión, no pudo quedarse callada ante «la precariedad de medios y la masificación» del ambulatorio.
Así que decidió interponer varias reclamaciones en las que detalla «la falta de camillas, de salas de triaje, para pacientes respiratorios, para niños o para adultos, en unas instalaciones que se han quedado pequeñas», denuncia.
Las horas que estuvo Nieves Molina en el Virgen de Linarejos se hicieron interminables, debido a que, al no disponer de un sistema para evaluar la atención de cada caso de acuerdo con la prioridad que determine la emergencia, tuvo que esperar su turno, que «se da a viva voz», lamenta.
Su queja no es la primera y la última de usuarios que reclaman una «sanidad pública y de calidad con medios suficientes», como ha quedado puesto de manifiesto en las movilizaciones de las últimas fechas.
De hecho, la Asociación El Defensor del Paciente recibió durante el pasado año un total de 2.420 quejas de usuarios en Andalucía, lo que supone una subida del 17 por ciento en relación con el curso anterior. De ellas en Jaén se recogieron 64.
Según los datos de este colectivo, las reclamaciones, especialidades y servicios más denunciados fueron los de lista de espera, urgencias, cirugía general, traumatología y ginecología y obstetricia.
Lamentable!! Pero claro, la política ultimamente es más importante que atender a las personas en condiciones.