José Padilla tiene 51 años y unas piernas tan fuertes como la piedra. Natural de Linares, acaba de regresar a casa después de meterse en apenas 48 horas los 1.200 kilómetros que conforman el recorrido de la Ultracycling Sevilla-Lisboa-Sevilla Ruta Al-Mutamid, que recibe el nombre del rey de la taifa sevillana y último de la dinastía abadí.
Es el deportista total. Domina la carrera, la natación y la bicicleta. De hecho, es uno mejores triatletas linarenses de todos los tiempos. Quizá no pase a la historia por la acumulación de trofeos autonómicos y nacionales, pero sí por su afán de superación. Le van los desafíos y la aventura, solo o en compañía.
En esta ocasión su reto era completar una de las pruebas cicloturistas más duras del calendario. La Ruta Al-Mutamid de la Fundación Pública Andaluza El Legado Andalusí partió de la localidad sevillana de Benacazón el pasado 25 de junio.
Organizada por el Club Randonneurs Andalucía con la colaboración de la Federación Española de Cicloturismo y que el patrocinio de la Diputación de Sevilla, entre otras instituciones, la cita obliga a los participantes a pedalear largos trayectos fuera de los convencionales, es decir, distancias superiores a 200 kilómetros. uniendo los dos ramales de la Ruta cultural de El Legado Andalusí y de la Ruta de Al-Mutamid.
Transcurre por carreteras hasta Lisboa y regresa a Benacazón, con un nivel acumulado de 10.425 metros. José Padilla la completó en la categoría non stop y autosuficiencia, la más exigente y que pone el cuerpo al límite de sus posibilidades.
El ultrafondista linarense ha competido con participantes de todo el mundo: Francia, Inglaterra, Alemania, Gales o China, además de deportistas de diversas zonas de España.
José Padilla es introvertido. Le cuesta expresar sus emociones en público, pero en su interior es un volcán en constante erupción. Para el gran público es un desconocido, a pesar de que estemos ante uno de los atletas más completos que ha dado el deporte de Linares y de la provincia en muchos años.
La vida puede cambiar en cualquier momento y en cualquier lugar. José Padilla experimentó una transformación cuando se quedó en paro. Lejos de venirse abajo, decidió luchar a través del deporte por mejorar cada día. Cuenta con el apoyo incondicional de su mujer Marina y de sus dos hijas, Lucía y Rebeca, que son su principal aporte.