Detrás del entrenador del Almería B, Alberto Lasarte, hay, sobre todo, talento. Lo demostró, cuando con apenas 30 años, hizo campeón al Villacarrillo de la antigua Primera Andaluza y lo subió a Tercera, después de derrotar en el partido decisivo al Linares en el Estadio Veracruz por un contundente 3-0. Aquel hito histórico lo logró con un modesto equipo, en el que ya sobresalía Elady, que luego recalaría en el conjunto azulillo de la mano del propio Lasarte.
El de Jaén dejó su huella en el club minero, donde estuvo cuatro temporadas en las que cumplió con creces la misión de estructurar la cantera. No solo eso, sino que, además, como director deportivo recuperó la Segunda División B para la ciudad tras un intento fallido el curso anterior frente al Socuéllamos.
El Linares permaneció en la División de Bronce y se quedó un año más con Jesús Medina al frente de la entidad. Incluso, llegó a dirigir al primer equipo de manera interina hasta la llegada de Juan Ferrando. De discurso directo y sin dobleces, asumió su responsabilidad en el descenso a Tercera. «La temporada fue un desastre y buena parte de este fracaso ha sido mía», dijo sin pestañear nada más acabar el partido frente al Real Burgos y poco antes de marcharse con destino a Almería.
Descubridor de Rodri, al que fichó del Iliturgi para el Villacarrillo y, posteriormente, incorporó al Linares, Lasarte ha ido creciendo como técnico y como persona a lo largo de los años, pero ha sido en la UD Almería donde ha encontrado los medios y la oportunidad para «alcanzar la madurez» a base de muchas horas de trabajo en las inferiores y de notables éxitos deportivos, como la final de la Copa del Rey con el juvenil, que perdió frente al Real Madrid, o el ascenso a Segunda Federación el curso pasado después de dejar en la cuneta en la promoción a dos históricos como el Real Jaén y el Toledo.
Ese mismo año, también debutó en Primera División en el banquillo almeriense, una «experiencia que nunca olvidará», aunque fuera por poco tiempo. Ahora, con el filial sigue la línea ascendente del play off y lo tiene líder del Grupo IV, con siete puntos, a pesar de que se le han ido las máximas figuras del equipo que logró la gesta en el Salto del Caballo. «Estamos en construcción y adaptándonos todavía a esta nueva categoría, que es muy igualada y competitiva», asegura a este periódico.
De Linares guarda «grandes recuerdos». «Fueron cuatro años muy duros, pero en los que se consiguieron cosas importantes, sobre todo con la cantera, de la que salieron jugadores como el propio Isra Cano», señala.
Dice estar convencido de que su exequipo peleará por el regreso a la Primera Federación, ya sea por la vía directa, como campeón, o en el play off. «Tiene futbolistas de enorme calidad y una plantilla equilibrada. Y, por encima de cualquier otra cosa, tiene Linarejos. Ese campo empuja como ninguno. Es una maravilla», destaca.
Sobre el partido del domingo, a las doce del mediodía, en el anexo del Power Horse Stadium (anteriormente Juegos del Mediterráneo), cree que será igualado y espera a un Linares con «ganas de asaltar el primer puesto». «La victoria en el último suspiro frente al Antoniano les ha dado mucha moral, a lo que se suma su potencial como equipo», remata Alberto Lasarte.
