Análisis | Semana clave para el futuro del Ayuntamiento de Linares

El PSOE acelera el paso para cerrar lo antes posible los acuerdos que faciliten la salida de Raúl Caro-Accino de la Alcaldía

Por:Javier Esturillo
El Ayuntamiento de Linares afronta una semana clave para su futuro. Foto: Javier Esturillo

La última semana de febrero puede marcar un antes y un después de uno de los mandatos más convulsos que se recuerdan en la historia reciente de Linares. El PSOE acelera el paso para cerrar lo antes posible el acuerdo de Gobierno con Izquierda Unida mientras la militancia de Cilu deshoja la margarita sobre su posicionamiento.

El líder de los socialistas linarenses, Javier Perales, no quiere perder más tiempo y, por tal motivo, durante los próximos días mantendrá reuniones con la coalición de izquierdas y otras formaciones del Consistorio. No todas serán públicas. Habrá negociaciones privadas, sobre todo telefónicas, con los principales actores de la Corporación para encarrilar la moción de censura.

La pelota está en el tejado de Cilu. De él depende el futuro de la gobernabilidad de Linares, tal y como ocurrió en junio de 2019, cuando suscribió un pacto a tres bandas con el Partido Popular y Ciudadanos que dio el bastón de mando de la Alcaldía a Raúl Caro-Accino, exgerente de la Cámara de Comercio.

En aquella ocasión, el acuerdo nació con un pan bajo el brazo o lo que es lo mismo 54.138,87 euros anuales para cada uno de los firmantes –Caro-Accino, Ángeles Isac y Javier Bris– que, hace un año, se limitó a dos, con una rebaja salarial, tras la remodelación del Gobierno y posterior dimisión de sus cargos de los concejales de Cilu.

El alcalde y su principal apoyo, la concejal de Economía y Hacienda, Noelia Justicia, siguen anticipando el fracaso catastrófico de Perales si ocupa el sillón de la Presidencia del Ayuntamiento.

Caro-Accino y Justicia están persuadidos de que tras ellos solo puede venir una cosa: el diluvio. Y ese après moi le déluge delata la desconfianza en el sistema democrático, el mismo por el que accedieron al poder siendo Ciudadanos la tercera fuerza en las elecciones municipales de 2019.

Los dos dirigentes anuncian plagas terribles: desgobierno, inestabilidad, paralización de inversiones… pero olvidan de que están en minoría, sin presupuestos aprobados, con la Edusi al ralentí y con proyectos en ciernes. Apelar al miedo y el fatalismo entre chascarrillos jaleados por las redes sociales es olvidarse de la realidad de una democracia basada en los pactos.

Sea como fuere, Javier Perales deberá hilar fino para tratar de dignificar el trance. El reloj corre en su contra.

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