Pablo Sánchez, una de las joyas de la cantera del Unicaja Málaga, sigue dejando dosis de su enorme talento y calidad. Esta vez con la camiseta del Melilla Sport Capital, club de la LEB Oro al que llegó en calidad de cedido a mediados de diciembre.
El base linarense completó ante el EasyCharger Palencia su mejor partido desde que juega en Melilla. De hecho, fue clave en la victoria de su equipo ante el conjunto palentino (88-75), en el duelo aplazado que se recuperó con el paréntesis de las ventanas internacionales.
El jugador más joven en vestir la camiseta del Unicaja participó de forma decisiva en el distanciamiento del Melilla en la segunda mitad. Aunque solo jugó 12 minutos, fue el máximo anotador de su equipo, con 14 puntos (1/1 en tiros de dos, 4/5 en triples y 0/1 en libres), un rebote y una asistencia para 11 de valoración. El linarense firmó el mejor parcial en pista de su equipo (+23).
Estos minutos en LEB Oro le está viviendo de maravilla a Pablo Sánchez para ganar en experiencia y competitividad.
Pablo Sánchez reúne todos los requisitos para llevar su carrera hasta cimas impensables para un jugador nacido en la provincia. Es, sin duda, una de las apariciones más rotundas de las últimas décadas en el baloncesto jiennense.
Representa, igualmente, un digno heredero del desaparecido Juanfra Garrido, quien se labró una brillante carrera en el Breogán de Lugo, el Estudiantes, el Atlético de Madrid, el Caja San Fernando de Sevilla y el Tenerife Número 1, siendo el primer jugador linarense en debutar en la máxima categoría del baloncesto español.
Debut prematuro en la élite
El prometedor exterior es el base titular de la selección española de su generación (subcampeona de Europa sub 16 en 2018) y una de las apuestas más claras del Unicaja, con el que tiene el honor de ser el jugador más joven en debutar con el primer equipo en toda la historia. Lo hizo con 16 años y 9 días, superando, nada más y nada menos, que a Domantas Sabonis, que lo hizo con 17 años, 5 meses y 10 días.
Foto: Melilla Baloncesto