Seis olas de contagios, cerca de 10.328 positivos por el coronavirus SARS-CoV-2, decenas de hospitalizaciones y 176 muertes. Este es el balance de la pandemia en Linares cuando este martes se cumplen dos años desde que se diagnosticara el primer caso de Covid-19 en la ciudad, el 8 de marzo de 2020. Una semana después llegó el estado de alarma y el confinamiento.
Esta es la cifra oficial, la de los positivos validados por las autoridades sanitarias, pero en realidad son muchos más, ya que a esos contagios se le debe sumar un número indeterminado de casos que han quedado al margen de las estadísticas, sobre todo de la primera ola -cuando solo se hacían pruebas en los estados más graves-, y en el pico de la sexta ola que aún no ha terminado, debido a la explosión de la variante ómicron muchas infecciones se detectaron con autotests en los domicilios y no se validaron si no se requería una baja laboral.
Dos años desde que la Junta de Andalucía confirmó el primer positivo en el Hospital San Agustín: un hombre de 40 años con un cuadro de neumonía. A partir de ese momento, se tomaron las primeras medidas para frenar una pandemia desconocida que ha alterado por completo nuestras vidas.
Poco después de conocerse ese primer caso, el Ayuntamiento decidió suspender la gala de los premios a los mejores deportistas, previstas para el 13 de marzo en el Auditorio del Pósito, precintaba los espacios públicos y restringía el acceso a los distintos departamentos municipales.
En pleno confinamiento, los linarenses asistieron a una imagen inédita hasta entonces con el despliegue de la Brigada Guzmán el Bueno X, con base en Cerro Muriano, por las calles de la localidad, a la que siguió la Unidad Militar de Emergencias para desinfectar el hospital, el geriátrico, las estaciones de tren y de autobuses y otros edificios institucionales.
También por esas fechas no tan lejanas en el tiempo, la ciudad demostró su enorme solidaridad. Particulares, colectivos y hermandades coordinados por las autoridades municipales donaron desde mascarillas, muchas de ella fabricadas en casa, hasta alimentos al personal sanitario, de cocina y de lavandería del hospital, los verdaderos héroes de esta batalla que se ha cobrado la vida de 176 personas, según el último recuento de la Consejería de Salud y Familias.
Tampoco podemos olvidar los continuos cierres perimetrales a los que fue sometida Linares que ahogaron su frágil economía, principalmente en dos sectores: la hostelería y el comercio, así como los cribados masivos a la población y la esperada vacunación que, en el municipio, comenzó en la Residencia Mixtas de Mayores.
Pese a los miles de positivos diagnosticados, el hospital pudo aguantar y, salvo picos puntuales, no llegó a colapsar. De las seis olas pandémicas, la primera, entre marzo y abril de 2020, y la última, desde finales del pasado octubre y comienzos de noviembre, han sido las más impactantes. De los 10.328 positivos, 9.812 consiguieron curarse.
La pandemia, tras 24 meses aún sigue, pero el descenso en picado de las últimas semanas hace presagiar que el final está cada vez más cerca, lo que no significa la desaparición del virus y sus consecuencias.
