El naranja del cielo de ayer pierde intensidad. Linares respira después de dos días con una nube de color cobrizo en su cielo como consecuencia de la calima que acompaña a la borrasca Celia. La entrada de polvo sahariano en la Península Ibérica ha sido histórica y ha dejado imágenes inauditas.
La buena noticia es que parece que lo peor ha pasado. Las enormes concentraciones de polvo en suspensión se han producido precisamente entre las jornadas del martes y la madrugada del miércoles. La mala es que, aunque el episodio parece que comenzará a remitir a partir de esta tarde, la calima no se retirará por completo de la ciudad al menos hasta dentro de unos días.
Las precipitaciones desaparecen de Linares a lo largo del día y hasta el lunes, tal y como apunta la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). En este sentido, cabe resaltar que, como consecuencia de la mencionada borrasca, la lluvia de las últimas horas llegó acompañada de barro.
La misma era visible en los coches aparcados por las calles, el alfeizar de las ventanas o sobre el pavimento claro de las calles. El agua era turbia, de color amarillento y dejaba un rastro de barro allá por donde caía. Se trata de las consecuencias de la fuerte calima que azota el sureste de la península y que se dejó sentir también en la ciudad minera.
Respecto a las temperaturas oscilarán entre los 9 grados de mínima y los 20 que alcanzará el termómetro a media mañana del próximo domingo.