El indiscriminado acopio de cables en las fachadas de las viviendas o colgados del aire tiene los días contados. La nueva Ley de Telecomunicaciones, cuya aprobación en el Congreso de los Diputados está prevista para finales de mes, incluye un artículo destinado a atajar estos nudos gordísimos de cables y sus densas canalizaciones. Pese a ello, los grupos parlamentarios han acordado una enmienda para reforzar el propósito.
La norma impondrá a los ayuntamientos y a los ciudadanos que se vele por borrar esta imagen «debiendo adoptar las medidas oportunas para minimizar el impacto visual«. También se pone el punto de mira en la necesidad de proteger el patrimonio artístico y cultural de estos cableados.
El proyecto de ley de telecomunicaciones llegó a la agenda de los diputados de la Cámara baja en noviembre del año pasado, aunque se tardó algún tiempo en metérsele mano de manera efectiva.
La ley obligará a los operadores de telefonía móvil a «hacer uso de las canalizaciones subterráneas» o del «interior de las edificaciones» para «la instalación y explotación de redes públicas de comunicaciones electrónicas».
La escena del cableado descontrolado se repite, con sus más y sus menos, en muchas zonas del centro de Linares, como en el solar que sigue «criando suciedad» en Las 8 Puertas, en concreto a la entrada de la calle Joaquín Ruano (Nueva). Igualmente, podemos verlo en la calle La Virgen y en lugares del casco antiguo.
Los manojos de cables de luz y de telecomunicaciones perjudican la estética de las fachadas y de las calles, suponiendo, en algunos casos, según los vecinos, un problema de seguridad.
