Álvaro Salazar Almansa (Linares, 1985) está recogiendo en su tierra los frutos de una extraordinaria carrera profesional. Ha costado, pero, por fin, su ciudad y la provincia comienzan a reconocer sus éxitos como chef, a pesar de residir desde hace algunos años en Palma de Mallorca, donde en la actualidad es el jefe de cocina del restaurante Voro, una de las referencias culinarias de Baleares.
Con dos estrellas Michelin bordadas en la chaquetilla, Álvaro Salazar vive un momento dulce. Después de ser embajador de la Fiesta del Primer Aceite de Jaén, celebrada, precisamente, en su ciudad natal, ahora ha sido elegido para pregonar la Feria de San Agustín de 2024. Una designación que le llena de orgullo, felicidad y alegría. «Me siento tremendamente afortunado y agradecido», reconoce a El Nuevo Observador.
Diez años después, el cocinero linarense podrá volver a vivir «las fiestas que con más cariño recuerda de Linares». «Eran las mejores del año, las que más feliz me hacían. Salía con la familia, con los amigos, por la mañana, por la noche. Era un no parar», rememora Álvaro Salazar, quien todavía no se ha puesto a escribir el pregón, aunque avanza que girará en torno a sus añoranzas de San Agustín, la ciudad, los barrios y sus gentes.
El chef de Voro, el restaurante de Cap Vermell Grand Hotel, confiesa que Linares siempre está presente en su vida y en su oficio, con la reinterpretación de platos que comía en su infancia y la utilización de materia prima procedente del territorio andaluz, como el aceite de oliva virgen extra.
De hecho, realiza una cocina comprometida con sus raíces y memoria, nutriéndose del entorno, donde el mediterráneo forma parte de su gastronomía. Para él su equipo es una máxima y lleva con el mismo desde hace ya muchos años.
