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Análisis | El fútbol entra en campaña

Los partidos son conscientes del interés que despierta el Linares entre la ciudadanía y, por ello, saben que arrimarse al club puede convertirse en un activo electoral con vistas al 28M

Por:Javier Esturillo
Diseño: El Nuevo Observador

El fútbol ha devenido en una religión civil. Atacar al Linares es casi como atacar a Dios. Se ha convertido en una industria con ‘patente de corso’ que los partidos políticos explotan en busca de rédito electoral con vistas a las municipales del 28 de mayo. Con las emociones a flor de piel es un caramelo demasiado apetitoso para dejarlo escapar.

Prueba de ello es el fuego cruzado entre las formaciones de uno y otro lado del tablero a cuenta de la remodelación del Estadio Municipal de Linarejos o el dinero que el club, como máximo representante del balompié provincial, debe recibir de las administraciones públicas, ya sea del Ayuntamiento o de la Diputación.

El Linares se ha transformado para algunos en ese mercado de barrio en el que no ven más que un caladero de votos. De hecho, algunos no saben lo que es una pelota de fútbol y su relación con el club se ha limitado a labores institucionales.

El fútbol y la política pueden ser perfectos opuestos: mientras que la política es un mecanismo para conciliar conflictos verdaderos, el fútbol consiste precisamente en crear conflictos falsos y mantenerlos a perpetuidad. Por eso la política importa y debe tomarse en serio, y el fútbol, a pesar de ser intrascendente para muchos mortales, debe tomarse más en serio aún.

Lejos de toda duda, el deporte y, el fútbol de una manera particular en Linares, labran a la persona y en parte a nuestra sociedad. Por tal motivo, la clase política quiere ganarse la simpatía de la aficionados. Todo ello en cierta forma para maquillar la realidad.

Las formaciones políticas son conscientes de que cualquier gesto relacionado con el club azulillo puede influir a la opinión pública, para bien o para mal.

Reunión entre los candidatos del PP y la junta directiva.

Puedo prometer y prometo

El Partido Popular es el más avezado en estas lides. Ya hace casi una década, su entonces candidata a la Alcaldía, Ángeles Isac, fue la primera en poner encima de la mesa la remodelación del campo de fútbol como una prioridad. No dudo incluso en repartir folletos en las puertas del estadio con el proyecto que proponía.

Curiosamente, en aquel momento pocos le hicieron caso, a la vista de los resultados en las urnas. Fue hasta objeto de alguna que otra burla por parte del respetable, porque, hace diez años como ahora, lo más importante para la mayoría de los linarenses era invertir para crear empleo.

Bien es cierto que en todos los programas electorales de los partidos de cada cita anterior siempre aparecía -en cursiva o en negritaarreglar el estadio o levantar uno nuevo.

Sin embargo, ahora el PP va un poco más lejos y promete subvencionar al Linares con 500.000 euros a lo largo del próximo mandato, a razón de 120.000 euros por año. Así se lo trasladó en la reunión mantenida esta semana con la entidad azulilla, a la que acudió en calidad de directivo, Antonio Gimeno, número 14 en la lista de la formación conservadora. El club no dudó en compartir con todos sus seguidores de redes sociales el encuentro con los candidatos del PP. Y hará lo propio con todas las fuerzas que soliciten una reunión con la institución azulilla.

El fútbol en Linares, a diferencia de otros deportes, es capaz de generar un sentimiento mágico, participativo y popular, aunque una cosa es una cosa (política) y otra cosa es otra cosa (fútbol).

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