El encanallamiento de la vida política linarense ha protagonizado este viernes su enésimo capítulo. El mandato que comenzó hace tres años pasará a la historia de la ciudad como uno de los más insólitos que se recuerden por muchos motivos, pero, principalmente, por el bajísimo nivel de la Corporación y las enfermizas luchas de poder que han fracturado no solo al Ayuntamiento, sino a la propia sociedad linarense.
La democracia está para que cualquiera pueda gobernarnos. Lo que importa son los procedimientos y las reglas, y en Linares se han perdido hasta las formas. El arco municipal está partido en dos bloques que pelean de manera enconada por su mantener su posición, unos amparándose en las herramientas que otorga la democracia y otros en el Estado de derecho. Ambos postulados son legítimos, pero dicen muy poco del interés general de los representantes públicos de la ciudadanía.
El nuevo auto de Jesús Romero Román, titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Jaén, por el que suspende por segunda vez el pleno de la moción de censura, resulta cuanto menos chocante, puesto que el magistrado reconoce haber cometido «un error material manifiesto» cuando acordó el levantamiento de dicha medida. Y lo hace llegar a solo una hora de comenzar la sesión, según ha reconocido el propio alcalde.
Reacciones
Como es lógico, cada uno ve lo sucedido este viernes en la Estación de Madrid de manera diferente. Para el alcalde, Raúl Caro-Accino (Ciudadanos), lo único que han hecho ha sido utilizar los «instrumentos que da el Estado de derecho» para evitar que prospere la moción que llevaría a la alcaldía al socialista Javier Perales. «Cuando unos utilizan con sus motivaciones las herramientas del Estado de Derecho, con sus motivaciones para hacer algo, los demás hacemos exactamente lo mismo y que es utilizar los instrumentos que nos da el Estado de Derecho», ha dicho el mandatario nada más conocerse la suspensión.
Caro-Accino ha dejado claro que su Gobierno, que comparte con el Partido Popular, se va a «dedicar a hacer lo que hemos estado haciendo hasta ahora y que es seguir trabajando porque la ciudad lo necesita» y «si nos dejan trabajar seguirán llegando buenas noticias para esta ciudad».
Para el jefe de la oposición, Javier Perales, lo ocurrido hoy es de nuevo un «esperpento». «Están riéndose de la ciudad, es algo inaceptable, es insostenible lo que está pasado en Linares», ha asegurado, al tiempo que ha advertido que no cejará en su empeño hasta que se celebre el pleno de la moción de censura, previsto, conviene recordar, para el pasado 11 de marzo.
El dirigente socialista, que ha acusado al bipartito de estar «paralizando la ciudad«, ha señalado que resulta «cómico que el juez anule su propio auto» para permitir nuevamente la suspensión de un pleno que «se va a celebrar tarde o temprano». «No podemos hacer que la ciudad haga el ridículo porque alguien quiere mantenerse en el sillón y sin contar con apoyos», ha comentado Perales en alusión a Raúl Caro-Accino.
Por su parte, la concejal de Izquierda Unida, Laura Cerezuela, ha señalado que lo que ha ocurrido es «un circo más» dirigido a «montar el espectáculo». «Se está atentando contra nuestros derechos, contra la democracia, contra el ejercicio que tenemos los concejales de votar», ha dicho Cerezuela y ha añadido que el gobierno local «se está riendo de los miles de ciudadanos que votaron a las tres formaciones que han presentado esta moción de censura».