Cuando Safae Chafi llegó a Linares no sabía ni una palabra de español. Fue hace siete años. Se matriculó en la Escuela Politécnica Superior para completar sus estudios después de graduarse en Ingeniería Química en Marruecos.
Hace un par de días alcanzó uno de los éxitos académicos más importantes de su vida: el doctorado. Lo ha logrado por un trabajo de investigación en química analítica, su especialidad. En todo este proceso, ha tenido el acompañamiento de Evaristo Ballesteros Tribaldo (Pozablanco, 1965) catedrático de la Universidad de Jaén. No solo ha dirigido su tesis, sino que, en buena medida, es el culpable de que Safae eligiera Linares para cursar el doctorado. «Había leído textos suyos y me encantaron», reconoce a este periódico.
Hija de un juez y de una profesora, nació hace 35 años en un pequeño pueblo del Este de Marruecos, aunque reside en Rabat, donde estudió la ingeniería antes de trasladarse a la ciudad minera. Aquí, ha descubierto un mundo nuevo, en el que ha podido trabajar con recursos y medios suficientes para llevar a cabo sus investigaciones. «El Campus es una maravilla. Linares es privilegiada al tener estas instalaciones. Además, el nivel del profesorado es altísimo», destaca.
Su integración fue sencilla, a pesar de no conocer el idioma. Su carácter extrovertido y curioso le han ayudado. Se mueve como pez en el agua en el laboratorio, donde no para un instante. De hecho, ella forma parte del grupo de investigación de excelencia de la UJA que desarrolló un modelo de análisis que detecta en 15 minutos hormonas en alimentos, mucho más económico y rápido para las empresas del sector. Evaristo Ballesteros fue autor del artículo y coordinador del trabajo científico.
Safae, una enamorada de Andalucía y, en especial, de Sevilla, tiene objetivos claros: «Quiero trabajar aquí». Ya se ha puesto manos a la obra y confía en continuar en el campo científico. Otorga una gran importancia a la educación y al conocimiento y cree que la Escuela Politécnica Superior de Linares es uno de los mejores lugares para formarse. «Lo tiene todo», subraya.
Ella, como otros muchos estudiantes extranjeros, es un ejemplo del proceso de internalización del campus linarense. Inmersos en este mundo globalizado, este centro no para de captar talento, tanto de alumnos como docentes.
Son varios los elementos que componen la fórmula del éxito de la EPS. El principal es la calidad de los programas de doctorado y de los grupos de investigación que lo componen. Criterios de excelencia en términos de producción científica y de participación en proyectos que mejoran cada año en un Campus «único en la región», remata la doctora Safae Chafi.
