Hace doce años que Santana Motor dejó de fabricar coches. Y, en un mes, se cumplirán catorce desde que salió de su cadena de montaje el último Suzuki, modelo Jimny, después de dos décadas de alianza con la marca japonesa. Era el principio del fin de la factoría linarense, en manos de la Junta de Andalucía desde 1994, tras la suspensión de pagos, precisamente, de Suzuki.
Lo que entonces parecía una aventura empresarial transitoria, se convirtió con el paso de los años en uno de los principales dolores de cabeza para el Ejecutivo andaluz (PSOE), incapaz primero de sanear la compañía e impotente después para privatizarla. El balance de este periodo de tutela pública en la única fábrica de vehículos de capital andaluz no pudo ser más desalentador: 287 millones de pérdidas.
La Junta se hizo cargo de Santana para no dejar en la calle a los 2.400 trabajadores que peligraban tras la espantada de los japoneses. El componente social siempre pesó más que el económico a la hora de defender la intervención pública.
La compañía pública acabó con 800 prejubilados de más de cincuenta años -con un desembolso de otros 100 millones de euros– y otros 300 empleados recolocados en un Parque Empresarial de escaso éxito pese a las millonarias inversiones públicas que siguen en la actualidad.
La gestión que la Junta hizo en Santana Motor siempre ha sido muy cuestionada, debido al «coste inadmisible» de mantener una fábrica que solo arrojaba pérdidas. Los peores datos fueron los del año 2000, con 42 millones, y los 56 que se acumularon en 2008. Esos números estuvieron en estrecha relación con la desaparición de los diferentes modelos de todoterreno fabricados en Linares, desde el Samurai que se abandonó en 2004, el Vitara en 2007 y el Jimmy, en 2009.
20 años de Suzuki Motor Ibérica
También en estos días se celebra el 20 aniversario de Suzuki Motor Ibérica, compañía que se encarga la comercialización de la marca japonesa en España, Portugal y Andorra. Su presidente, Juan López Frade, ha concedido una entrevista al periódico digital Vozpópuli en la que revela algunos detalles importantes sobre Santana Motor.
Por ejemplo, reconoce que Suzuki Motor Corporation cuando decidió montar una fábrica en Europa y eligió Linares, por la experiencia previa que tenía con Land Rover, lo hizo con la intención de que fuera algo definitivo. Por eso, lamenta que cree que en cierta medida falló la gestión de la planta. «Si las cosas se hubieran hecho de otra manera, a día de hoy la de Linares sería la fábrica europea de Suzuki«, advierte en una de las respuestas.
Como dato apuntar que durante estos veinte años, Suzuki Motor Ibérica ha comercializado más de 160,000 automóviles, lo que confirma la aceptación que la marca siempre ha tenido en la región.
Del recuerdo no se vive!!!
Mi pregunta es que verían los Japoneses para sali huyendo?desde el primero hasta el último…entre todos lo mataron y ella sola murió….