Que un pueblo que no llega a los 3.000 habitantes logre reunir en un mismo escenario a algunos de los clásicos del blues español en dos fechas, no es nada sencillo y a la vez digno de alabar. El Sweet Cotton Festival de Baños de la Encina se ha ganado a pulso, con el paso del tiempo, el respeto de los artistas, pero todavía no ha calado todo lo que debería entre el público jiennense.
La saturación de festivales -acabamos de dejar atrás Jaén en Julio- y la falta de promoción más allá de nuestras fronteras, quizá sean dos de las razones por las que esta cita veraniega de agosto gratuita no alcance los niveles de acogida de otros eventos. Porque el cartel de esta decimotercera edición era un auténtico lujo, con formaciones consagradas en el panorama blusero y rockero español.
Lo bueno es que el selecto grupo de personas que se acercó el viernes y el sábado por la noche al Parque Santo Cristo pudo disfrutar de la calidad de músicos de la talla de Javier Vargas y la incombustible Granada Blues Band, sin desmerecer a un siempre entregado Danny del Toro, la armónica del blues, quien desplegó toda su energía para dejar a los asistentes con la boca abierta.
Mención aparte para los veteranos Los Fabulosos Blueshakers que nos dejaron el viernes un concierto de calidad impecable y con sonido añejo y polvoriento de influencias de varios estilos, interpretados por una voz única e incomparable, la de Lizzy Lee, maravillosa en todos los conceptos.
Blues Train, una banda sólida como una roca, ofreció un repertorio de temas del electrizante blues de los 50 y 60 con un toque contemporáneo que va desde Chicago a Memphis y de Nueva Orleans a Texas. Una mezcla tan buena como generosa.
En definitiva, un nuevo éxito de la organización de este modesto, pero cada vez más consolidado festival, que, a lo mejor, necesita algo más de proyección para colarse entre los festivaleros de otros lugares de la comunidad autónoma andaluza.
Fotos: Ayuntamiento de Baños de la Encina y Televisión Baños de la Encina