Es difícil encontrar a un responsable del Linares que hable abiertamente del objetivo del club para este curso en el Grupo IV de Segunda Federación. Lo máximo que se ha escuchado de la dirigencia es que se ha conformado un plantel para «estar lo más arriba posible», sin especificar si dentro de esa generalización está clasificarse para disputar las eliminatorias por el ascenso.
El director deportivo, Cristian Sanz, no se sale de la tangente y repite el mismo discurso del presidente del consejo de administración, Luis Vera, y del director general, Carlos Hita, pero apunta un matiz interesante para curarse en salud: «Hay seis o siete equipos muy por encima de nosotros en presupuesto», ha declarado este jueves en una rueda de prensa.
Es decir, el Linares, pese a su historia y masa social, sobre el papel, no parte en el ramillete de clubes que optan al salto de categoría, aunque esto no quiere decir que «salgamos a competir todas las jornadas con la ilusión y con las ganas de estar lo más arriba posible». «Partido a partido», avisa.
Con todo ello, quiere lanzar un mensaje a los aficionados para que no se hagan falsas expectativas o lo que es lo mismo, puede que esta temporada no sea la soñada por el graderío del vetusto Linarejos.
En relación con la contratación de Juan Antonio Milla, ha mostrado su satisfacción, porque, en su opinión, se ajusta perfectamente al perfil de técnico que buscaban. De la plantilla ha comentado que son «jugadores con hambre y ganas de competir».
En esta línea, ha añadido que se ha basado en el mercado regional para confeccionar el plantel y que la mayoría de los futbolistas son andaluces, una afirmación que contrasta con el nacimiento de cada uno de ellos.
Así, hay más futbolistas de fuera del territorio andaluz (hasta 14 de 22), y, lo que es peor aún, ningún linarense en el colectivo. Los dos únicos profesionales de la plantilla de la provincia son Rodri e Isra Cano, naturales de Andújar. La media de edad del equipo es 25,8 años, frente a los 25 de media del Grupo IV.
