El Celta B asaltó este domingo el Municipal de Linarejos, donde el Linares ha encajado su primera derrota después de un año y de 17 partidos consecutivos sin perder en casa. Hace 357 días, otro filial, el del FC Barcelona, vencía por el mismo marcador en el viejo campo de la Avenida Primero de Mayo.
Fue una derrota linarense sin paliativos, una victoria céltica sin peros. La comida se le atragantó al Linares; a sus aficionados más bien, que se marcharon al descanso con el sabor amargo del primer gol del Celta B y una primera parte deplorable de su equipo, que no dio una a derechas, a izquierdas o por el centro.
El Linares era un juguete roto en manos del Celta de Vigo B. El campo de juego era visitante. Los jóvenes jugadores de Claudio Giráldez eran como puñales a la hora de contraatacar. Entraban prácticamente hasta la cocina con una facilidad pasmosa.
El conjunto de Alberto González simplemente no existió en la primera mitad. Estuvo tan desaparecido que cuesta recordar una acción de peligro de los azulillos. Por el contrario, las llegadas de los visitantes eran continuas. Tanto es así que el marcador no refleja el amplio dominio en posesión y oportunidades de los celtiñas. El gol de Raúl Blanco solo fue la constatación de un hecho palpable: El Celta de Vigo B era infinitamente superior a su contrincante.
Sin balón, el Linares es un rival débil, cómodo de superar. Pasó en Riazor y este domingo ocurrió algo parecido, con la salvedad de que en A Coruña despertó a la media hora. Hoy, en cambio, se marchó al vestuario con desventaja, pero, además, con una imagen muy pobre.
De que manera lo vería Alberto González, que optó por la tremenda. Hizo tres sutituciones en el descanso. Eliminó de la ecuación a Abeledo, Sancris y Perejón, intrascendentes hasta entonces, y sumó a la causa a Javi Duarte, Fran García y Hugo Díaz. Este último, a los tres minutos de la reanudación, aprovechó un penalti cometido sobre él para materializar el empate.
El Linares salió del túnel en el que había entrado en el primer acto para hacerse con las riendas del partido o, al menos, trastocar su registro; ahora mucho más centrado y sin tantas concesiones. Sin embargo, el Celta B volvió a poner las cosas en su sitio, seis minutos después, con un extraordinario testarazo de Sergio Barcía que sorprendió a Samu Casado.
De nuevo tocaba nadar contracorriente ante un rival que apenas encontró oposición en un Linares negado, desconocido. Cada llegada del Celta B era motivo de quebranto y rechinar de dientes. Estaba en su salsa, como visitante -el mejor de la categoría-, haciendo lo que quería, sin esforzarse demasiado. Los hinchas mineros veían a los jugadores de casa correr detrás de sus sombras, si bien en cierto que Samu Corral, solo ante Joel, pudo equilibrar el marcador. Hubiera sido injusto.
La segunda derrota consecutiva de los azulillos devuelve a todos a la realidad del objetivo del equipo para la presente temporada, sumar los puntos necesarios que permitan permanecer en la categoría. A partir de ahí, es harina de otro costal.
Ficha de partido
Linares: Samu Casado, Fran Callejón, Caro, Dani Perejón (Javi Duarte, minuto 46), Candelas, Rodri (Lolo González, minuto 74); Aitor Gelardo, Alex Sancris (Hugo Díaz, minuto 46); Fermín (Alfonso, minuto 72) Abeledo (Fran García, minuto 46) y Samu Corral.
Celta de Vigo B: Christian Joel, Thomas Carrique, Medrano, Javi Domínguez, Sergio Barcía, Hugo Sotelo (San Bartolomé, minuto 74; Iker Losada (Tincho, minuto 79); Martín Calderón, Blanco, Miguel Rodríguez (Javi Gómez, minuto 74) y Hugo Álvarez (Pablo Durán, minuto 79).
Goles: 0-1. Minuto 16: Raúl Blanco. 1-1. Minuto 48: Hugo Díaz, de penalti. 1-2. Minuto 54: Sergio Barcía.
Árbitro: Antonio Sánchez Sánchez, Comité Técnico Extremeño. Amonestó a los locales Rodri y Samu Corral y al visitante Miguel Rodríguez.
Incidencias: Novena jornada en el Grupo I de Primera Federación disputado en el Municipal de Linarejos con unas 2.500 personas en las gradas. La joven Celia Gálvez, que ha superado un cáncer, realizó el saque de honor.
