Luis es carpintero. Tiene un pequeño taller, pero no le da suficiente para llegar a final de mes. Hace un año, el Ayuntamiento, a través de la Concejalía de Infraestructuras Urbanas y Servicios, anunció a bombo y platillo la convocatoria de una bolsa de empleo para cubrir con urgencia vacantes en oficios especialmente sensibles, como fontanería, herrería, carpintería, pintura, mecánico, electricista, jardinero, peón de servicios múltiples y ayudante de Herrería.
Para Luis, como para otros muchos linarenses, hasta más 400 solicitantes, era la oportunidad de encauzar su vida laboral con un puesto de trabajo estable en la Administración local. Así que no se lo pensó un segundo; rellenó el formulario y pagó 20 euros -más cinco de transferencia bancaria- por los derechos a examen. De eso ha pasado un año, y nadie se ha puesto en contacto con él para informarle sobre la convocatoria.
Los únicos procesos selectivos finalizados son los peón de servicios múltiples y jardineros. Del resto nada se sabe. Preguntado por este asunto, el concejal de Infraestructuras Urbanas y Servicios, José Luis Roldán, pasa la pelota al área de Función Pública, a pesar de publicitarlo en rueda de prensa y en sus redes sociales como un logro en la gestión del equipo de Gobierno.
Más de 400 personas presentaron la solicitud, y muchos de ellos «se sienten engañados» por el Ayuntamiento. «No se puede tardar tanto con la necesidad que hay en esta ciudad», señala uno de los demandantes.
El plan de refuerzo extraordinario, tal y como lo denominó el Ejecutivo local, pretendía cubrir unas 20 plazas. El objetivo no era otro, siempre según el bipartito, que «dar respuesta a las carencias de diversas áreas del Consistorio», algo que, por el momento, no ha ocurrido.
Incluso, decía que el proceso se realizaría con la máxima celeridad. Sin embargo, a día de hoy, Luis y el resto de aspirantes a oficiales de fontanería, herrería, carpintería, pintura, mecánica, electricistas… siguen sin examinarse. Uno de los obstáculos es que el Ayuntamiento continúa sin presupuestos, lo que dificulta enormemente la puesta en marcha de estas bolsas de oficios y otros procesos selectivos.
Entre los argumentos esgrimidos por el alcalde, Raúl Caro-Accino, para remodelar el Gobierno en febrero del pasado año estaba el «mal funcionamiento» de las área de Cilu. Curiosamente, durante la etapa de la formación municipalista en Función Pública, con Javier Bris como responsable, se formalizaron 40 plazas de funcionarios.