El Linares sufrió un baño de realidad. Más bien una ducha de agua fría en su primer partido amistoso de la pretemporada. No pasó del empate frente al Betis Deportivo en el regreso al Estadio de Linarejos de Alberto González, exentrenador azulillo las tres últimas temporadas.
Fue un partido sin demasiada fluidez, propio de este momento de la preparación, pero que dejó un mensaje diáfano: El Linares tiene que mejorar, y mucho, para llegar con unas mínimas garantías al arranque de la Liga a finales de agosto.
El cuadro minero cuajó una buena primera mitad con un once con solo cuatro caras nuevas, Tano Bonnín, Javi Rentero, Berlanga y Fran Ortuño, que le pusieron ganas y compromiso.
El encuentro se animó algo más en la segunda mitad con los cambios y los goles. Se adelantó el filial verdiblanco en el minuto 54 por mediación de Mateo. Previamente, Samu Casado había realizado alguna que otra intervención de mérito. Los de Óscar Fernández apretaron en la recta final para rescatar la igualada desde el punto de penalti, transformado por Hugo Díaz.
Fue sólo un ensayo. Nada más. Para eso están las pruebas, para recorrer kilómetros sobre el césped y tomar nota para corregir. Mejor perder ahora. El rival se mostró más cohesionado, con las ideas más claras, y, además, tuvo la clarividencia en los últimos metros de la que careció el Linares.
Más allá del resultado, la lectura clara es que la plantilla necesita refuerzos y de calidad. No vale con cualquiera. De lo contrario, sufrirá muchísimo para mantener la categoría.
Fotos: Linares Deportivo y Real Betis Cantera