Nunca antes realizar una temporada brillante había sido tan contraproducente para el Linares. Ni siquiera en el último curso antes de la refundación -2009-, el club se enfrentaba a un desmantelamiento casi total de su plantilla.
Aquella temporada jugadores como Moso, Chico, Cidoncha, Pedro Díaz o Dani Bouzas decidieron continuar en el plantel tras el fiasco contra el Zamora en la promoción de ascenso a Segunda y a pesar de los gravísimos problemas económicos que padecía la entidad por la marcha de Delfín Cañas de la propiedad.
Ya fuera por compromiso con la afición, apego a la ciudad o estructura de club, lo cierto es que los futbolistas se resistían a abandonar el equipo. Todo eso ha cambiado y ahora el mercado manda. El Linares no tiene asegurada la continuidad de prácticamente ningún jugador de la campaña que acaba de finalizar. Incluso, profesionales con contrato en vigor y referentes en el vestuario, como Fran Carnicer, podrían cambiar de aires este verano.
Hasta nueve de sus mejores jugadores tienen ofertas de otros clubes o las han aceptado. Así ocurre con Carracedo, que ha firmado por el recién ascendido Córdoba CF. Etxaniz, máximo goleador del equipo, y Fran Lara están siendo tentados por el Burgos CF, de la Liga SmartBank, mientras que Josema, otro de los buques insignia de las últimas temporadas, ha recibido propuestas de diversos equipos de Primera y Segunda RFEF, al igual que Meléndez, Barbosa, Copete…
El problema de esta más que previsible fuga está en la escases de recursos económicos con los que la institución cuenta para hacer frente a otros clubes más poderosos.
A esto se une la salida de Alberto González y de Miguel Linares y la falta de definición del proyecto deportivo para la 22/23. «En Linares hay que construir un proyecto desde cero y con menos recursos que otros clubes, busco crecer y acercarme a mi sueño», señaló el entrenador de Tolox para justificar su segunda espantada de Linarejos en menos de un año, muy criticada en redes sociales.
El Linares ha dejado de tener el peso futbolístico y de promoción de antaño. Al parecer sus éxitos, su historia y su fiel afición ya no son suficientes para convencer a los jugadores que priman más el aspecto económico que el de pertenencia a unos colores.
