Los kioscos han marcado durante décadas el ritmo de calles y plazas, convirtiéndose en puntos de encuentro y referencia. Sin embargo, el declive de la prensa en papel está obligando a muchos a cerrar. La información digital y los nuevos hábitos de consumo han desplomado las ventas hasta niveles insostenibles.
Cuatro generaciones, más de 40 años de trayectoria y muchos acontecimientos de la vida cotidiana y de la evolución de Linares. Con este equipaje y su condición de testigo de la historia cierra el quiosco de prensa de la familia Soria en los Jardines de Santa Margarita, entre la plaza de toros y el inicio del Paseo de Linarejos, uno de los lugares más castizos de la ciudad.
Fue fundado por Juan Soria cuando la única manera de estar al día de las noticias era a través de los periódicos, las revistas, la radio y la televisión (solo había dos cadenas), sin olvidar los chascarrillos de las tertulias improvisadas en bares y tabernas.


La irrupción de internet lo cambió todo. Llegaron los digitales, las redes sociales y los teléfonos inteligentes (smartphone) que han sido los encargados de dar la puntilla a estos negocios. Tampoco ayudó en nada la pandemia. Ha sido la tormenta perfecta para que los quioscos de prensa, al igual que las cabinas telefónicas, desaparezcan con el tiempo.
En una escueta nota colocada en el puesto, José Luis Prieto, el último de esta conocida saga de vendedores de prensa, se despide con «todo el dolor de su corazón», consciente que «no podía alargar por más tiempo» este adiós. Deja el mítico quiosco agradecido por la oportunidad que le dieron sus familiares de regentar el negocio y a todos los clientes que, pese a las crisis que ha padecido la ciudad, no han dejado de acudir al despacho para retirar su ejemplar de Ideal, Diario JAÉN, El País, El Mundo… «Lo llevaré allá donde vaya. Ahora iré en busca de un futuro mejor», concluye el mensaje.
Este ya histórico negocio se había convertido en un punto de referencia para la venta de prensa diaria y una amplia variedad de revistas temáticas, desde moda y corazón hasta decoración, automoción y publicaciones juveniles e infantiles.

La clausura de estos negocios históricos marca el fin de una época y deja a Linares con un número cada vez menor de quioscos, mientras los hábitos de consumo de prensa se desplazan hacia otros establecimientos.
La noticia del cierre de Prensa y Revistas Antonio ha sido recibida con tristeza por los vecinos del barrio. No son pocos los clientes que se le acercan y preguntan por su marcha. «Era un lugar donde podías encontrar todo tipo de publicaciones y siempre te atendían con agrado. Es una pena que desaparezca», comenta Manuel, un pensionista que se dirige a la ermita de la patrona. Por desgracia, este trozo de la actualidad de Linares pasa a la historia que en parte se ha escrito y leído allí.
Fotos: Antonio del Arco y Javier Esturillo