El pago con tarjeta sigue ganando terreno en la restauración española. En 2025, el 41,6% de las transacciones sin dinero en efectivo se realizaron en bares, restaurantes y cafeterías, consolidando a la hostelería como el motor del avance cashless —es decir, con tarjeta— en España. Esto supone un crecimiento del 8% respecto a 2024. Son datos del Observatorio de Cafés y Restaurantes Cashless Electrónicos 2025 de SumUp.
Linares no es una excepción y sigue la tendencia del resto del país. Así, cada día son más los linarenses que optan por este medio a la hora de abonar las consumiciones. «De un tiempo a esta parte lo hemos notado muchísimo», señala a este periódico Ana Laura Duarte, propietaria de la Cafetería Lemans, en la linarense calle Julio Burell.
Aunque no hay datos estadísticos concretos de Linares, la mayoría de los negocios hostelería consultados por este medio coinciden en que el pago digital es cada vez más habitual, especialmente entre los jóvenes. De hecho, más gente salde de casa «sin dinero en metálico», con el riesgo de que «los aparatos fallen». «No son una fórmula 100% segura y cuando vendemos algo queremos cobrarlo», aseguran desde un bar de la localidad antes de advertir de que pueden surgir problemas con el datáfono.
A juicio de la presidenta de la Asociación de Hosteleros de Linares, María Teresa Márquez, cree que este aumento también se debe que «muchos clientes no llegan a final de mes y estiran muchísimo la tarjeta». En esta línea, dice que hay negocios que ya ponen mínimos en el pago digital, ya que, al final, «la única que gana como siempre es la banca», remata.
De acuerdo siempre con este estudio, este año, el número de transacciones sin efectivo en el sector de la restauración española ha crecido un 8% respecto al mismo periodo de 2024, un ritmo que confirma la adopción generalizada del pago con tarjeta, móvil o smartwatch.
Lo más significativo es que este aumento se da incluso en los importes más bajos: el ticket medio ha descendido un 2%, hasta los 17,7 euros, lo que refleja una normalización del pago digital incluso para pequeños consumos como un café, una tostada o una tapa.
Capitales
San Sebastián encabeza el mapa del pago digital en la restauración: el 80,9% de las transacciones en cafés y restaurantes se realizan ya sin efectivo, situándose como la capital de provincia más cashless del país. Tras ella se coloca Toledo con un notable 77,9%, seguida de Pamplona (60,5%). Tres ejemplos claros de cómo el pago con tarjeta se ha integrado en la vida cotidiana de quienes salen a comer o a tomar algo.
El crecimiento del cashless avanza con especial intensidad en Castilla y León y Andalucía, las dos comunidades que concentran la mayor parte de las capitales que lideran el aumento de los pagos con tarjeta en 2025. Por ejemplo, en la ciudad de Jaén creció un 62,2% en comparación con el año pasado, aunque donde se registró el mayor incremento fue en Burgos con un extraordinario 148,5%, seguida de Badajoz (89,3%) y Salamanca (66,9%).
Los productos más “cashless”
Los productos que registran el mayor crecimiento en los pagos digitales son aquellos vinculados a la vida cotidiana y a los momentos de socialización. El té encabeza la clasificación con un aumento del +93% en pagos sin efectivo, seguido del vermut (+82%), la tostada (+38%), el café (+35,4%) y la tortilla (+26%). Se trata de consumiciones típicas del desayuno y de las pausas informales, ámbitos en los que el cashless se ha convertido en la elección natural de los clientes.
En bares y restaurantes casi dos de cada cinco pagos se realizan entre las 6 y las 10 de la mañana, consolidando el desayuno como el momento más digital del día. En esta franja horaria, el número medio de transacciones por establecimiento aumentó un +12%. A lo largo del resto de la jornada, la tendencia se mantiene estable: entre las 10 y las 14 horas los pagos crecieron un +9%; por la tarde, entre las 14 y las 18, un +10%; y por la noche, entre las 18 y las 22, un +7%, franja que sigue concentrando la mayor parte de las operaciones (25% del total diario).
En su conjunto, estos datos muestran que el pago electrónico ya no se limita a consumos de mayor importe, sino que se ha consolidado como la forma habitual de pago a cualquier hora del día.