El deterioro y abandono de monumentos o conjuntos arquitectónicos de Linares no ha sido una prioridad en los últimos años. Posiblemente, el Palacio de Zambrana es uno de esos ejemplos de ausencia de sensibilidad hacia el pasado cultural de la ciudad.
Catalogado Bien Cultural del Patrimonio Histórico Andaluz en 1996, la última intervención realizada en el inmueble siglo XVII data del año 2000, cuando la entonces Escuela Taller acometió mejoras en la estructuras, las cubiertas y el pavimento, pero hoy presenta muy malas condiciones de conservación. Hasta tal punto de que la maleza crece libremente y una colonia de gatos se ha apoderado del palacio.
Desde entonces poco o nada se ha hecho para su conservación. La anterior concejal de Cultura, Ángeles Isac (PP), intentó mediar con la entonces consejera de Cultura de la Junta, Patricia del Pozo, para que echara una mano en su restauración para darle un uso. De hecho, Isac lo llevaba en el programa electoral con el que concurrió a las municipales de 2019.
Sin embargo, el mandato pasó en blanco para el Palacio de Zambrana, para los gobiernos de Cs y PP y de PSOE e IU. Y en el programa de la actual alcaldesa, Auxi del Olmo, no existe referencia alguna a este edificio estilo manierista ubicado en el casco antiguo.
Lo único relativo a sitios históricos de la ciudad se centra en continuar con la puesta en valor del yacimiento de Cástulo y del patrimonio minero, como recursos turísticos. Y, en este último punto, el Ayuntamiento tiene mucho trabajo por delante, puesto que la mayor parte de los 80 bienes recogidos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz pertenece, precisamente, al pasado industrial del municipio.
Todos ellos requieren de mayor protección y conservación. En especial, la Fundición de La Tortilla, que es el único lugar de Linares que está en Lista Roja del Patrimonio, desde hace dos años. Hay muchos frentes abiertos y el presupuesto que el Consistorio suele dedicar a estos asuntos es más bien escaso.
Fotos: Javier Esturillo