En un tiempo no muy lejano, Linares era una ciudad industrial. La mayor parte del empleo que se generaba era a través de la iniciativa privada. Sin embargo, desde la caída de Santana Motor, el sector público ha ido ganando terreno hasta convertirse en el principal motor económico de la ciudad.
Prueba de ello es que 13 de los 30 centros de trabajo con más de 50 empleados pertenece a la función pública, según el Directorio de Establecimientos con Actividad Económica en Andalucía publicado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía y consultado por este periódico.
De acuerdo a esos datos, correspondientes a 2021, el Hospital Universitario San Agustín es la mayor ‘empresa’ de Linares en cuanto a número de empleados, con más de 500 -el informe no da la cifra exacta-. A continuación le sigue el Ayuntamiento que ronda los 400. A ellos se suman las empresas concesionarias como Resurja -dependiente de la Diputación- o Linaqua que también agrupan a un buen número de trabajadores. Por su parte, el ambulatorio Virgen de Linarejos se mueve en la horquilla de 50 a 99 empleados.
La educación es otro de los sectores donde los empleos en la administración pública tienen un peso particularmente elevado, como ocurre, por ejemplo, con el IES Reyes de España (de 100 a 149 asalariados). Siguiendo en esta tabla aparecen colegios concertados, como la Safa o Salesianos, que emplean de 50 a 99 profesionales.
Todo ello sin contar la Comisaría de la Policía Nacional, la Administración judicial u otros organismos que directa o directamente dependen de lo público. En este análisis, tampoco se debe olvidar la población de pensionistas que, en el caso de Linares, es muy alta.
Las dos primeras empresas privadas que aparecen en el listado por encima de 150 trabajadores y hasta los 199 son Gestamp y Sonae Arauco, siempre según los datos del citado directorio
La importancia del sector público en la economía linarense es, por lo tanto, vital para la supervivencia de otros servicios. Y es que la precariedad del mercado laboral y el desempleo son dos grandes males de la ciudad, de los cuales, la mayoría intenta escapar.
Por ello, son muchos los linarenses que se decantan en trabajar para el sector público, no solo por vocación, sino también para obtener un puesto fijo, un salario «para toda la vida» o una estabilidad laboral que parece difícil de encontrar en otras empresas.
